Un día hermoso…


Ha sido un día lleno de encuentros hermosos donde nos ha visitado mucha gente, algunos anónimos llenos de preguntas y otros viejos amigos llenos de respuestas. Me impresionó por la mañana temprano la visita de Tomás, un pintor cordobés muy crítico con la realidad. Disfruté casi durante una hora de un exquisito gusto por el mundo de las ideas, la crítica posmoderna y el sentir de los tiempos. Hermosa su explicación sobre el origen de la ahora mezquita-catedral, la cual ni era catedral ni fue mezquita… Una tesis muy interesante para el erudito… Las visitas constantes de José Navarro, ya amigo y compañero de feria son bienvenidas y necesitadas en las largas horas bajo el sol o la lluvia. También José María Palencia y Julia y Emilio, con los cuales y junto con Anja, me salté mi estricta observancia con respecto a mi régimen vegetariano pecando con una de caracoles. Ya que salió el tema el otro día con la paella (vegetariana) aprovecho para decir que suelo ser bastante estricto con mi régimen alimenticio, no por doparme con algún tipo de creencias al uso sino por sentido común. Pero reconozco que alguna vez he pecado comiendo alguna gamba, mejillón o calamar, sin que eso me hiciera más o menos santo. Uno debe ser consecuente con lo que hace, pero sobre todo libre: libre de sus propias creencias, libre de sus actos y libre de sus ataduras. Así que ni mis paellas llevan avecrem ni soy tan perfecto como para no dejarme tentar por un vasito de caracoles, a los cuales he agradecido su sacrificio por satisfacer mi ansia humana. Porque somos unos ansiosos irrespetuosos… y aquí el que suscribe el primero, que ha engordado diez kilos en dos meses a base de no hacer deporte y estar enclaustrado durante ese tiempo con la tesis…

Así, en la feria no se han vendido muchos libros (nada de mil euros al día, ni tan siquiera cien), pero sí hemos compartido muchos hermosos momentos. Por cierto, ha estado Maruja Torres la cual ha emocionado a más de uno, entre los que me incluyo, con sus vivencias en el Raval y en el Líbano. Todo un personaje… y toda una persona…

Un día feliz… igual de pobres en lo material pero mucho más ricos en lo espiritual… qué le vamos a hacer…

Te busqué…


«Te busque con su mirada, míralo. Te tienda sus brazos, abrázalo. Te busque con su boca, bésalo. Te quiera hablar, escúchalo. Se sienta desamparado, ampáralo. Se sienta solo, acompáñalo. Te pida que lo dejes, déjalo. Te pida volver, recíbelo. Se sienta triste, consuélalo. Esté en el esfuerzo, anímalo. Esté en el fracaso, protégelo. Pierda toda esperanza, aliéntalo«.

Ayer entregué en la Universidad la tesina por fin y espero que esta vez sea la definitiva porque era un asunto que se estaba alargando excesivamente en el tiempo. El próximo reto, si en junio la puedo defender, será rematar la tesis doctoral con un buen trabajo sobre las Utopías actuales. Veremos a ver que da de sí… Hoy estoy agotado, después del remate final. Y mañana empieza la feria del libro de Córdoba… Si os pasáis por allí, allí estaré toda una semana… Comparto mientras esta bonita poesía que me ha enviado Ana…

Paseos para el alma…


Qué placer más extraño sentarme en un banco y contemplar sereno el paso del tiempo. Solía venir a este sitio en mi infancia y recuerdo ahora, con cierta dosis de melancolía necesaria, todas las pequeñas experiencias que me vieron crecer. El verde sigue siendo el mismo, el cielo contempla desde su inmensidad. Sigo estando vivo, y eso lo vale todo. Hacía tiempo que no me paraba a contemplar la Mágica Presencia…

(Foto: Atardecer en «El Campillo», Cornellà de Llobregat, Marzo de 2009)

Crónica inmediata


Hay cosas que te hacen reflexionar de forma profunda sobre la inmediatez de la vida, su propia sutileza marcada de milagros diarios que encaminan tus pasos hacia un camino u otro… La aventura con mis pequeñas niñas fue corta pero intensa. Ahora que escribo desde Barcelona las recuerdo con cierta melancolía, tumbadas en el jardín, jugando con la yerba y durmiendo sobre mis piernas mientras acariciaba sus lomos suaves. Aquel día fue emocionante. Me levanté rogando al universo algo nuevo, algo diferente. Y allí estaba el tributo. Dos pequeños seres perdidos en mitad de la nada que agradecidos por mis propia alegría de descubrirlos, me siguieron hasta mi casa. Estuve toda la mañana con ellas, jugando, dándoles de comer, viendo como destrozaban mi pequeño huerto mientras intentaba educarlas en el respeto hacia el mismo. Cosa inútil, pero divertida. A media mañana alguien me advirtió que quizás las perritas fueran del pastor que tiene su ganado a pocos metros de mi casa. Por la tarde, tras una fugaz reunión con Oscar por motivos editoriales, me encontré a la vuelta de Palma con dos pastores. Pregunté a ambos y sólo el segundo me puso en la pista. Metí el coche por caminos imposibles (ahora tiene encendida una luz de avería, y es que mis amigos siempre me advierten de que ese coche no es un cuatro por cuatro) hasta que logré encontrar no a los dueños de las perritas, pero sí a los vecinos del mismo, que amables, se ofrecieron a cuidar a los animales hasta que el dueño volviera. Me preguntaron de que forma podrían compensar la entrega de tan hermosas criaturas (con un saco de comida que les compré pensando que convivirían conmigo durante un largo tiempo). Contesté que no había mayor recompensa que la entrega de los mismos a su legítimo dueño y que agradecía el haber podido disfrutar de ellas durante un día entero.

Al día siguiente me marché temprano hacia Madrid. Tenía allí una reunión editorial con Mario, César, Luis y Paloma. La reunión fue muy bien, pero no andaba muy lúcido en la misma. Pensaba en las niñas que había dejado en La Montaña. Un vecino me dijo que si me encontraba a cualquiera tirado en la calle lo recogía y lo metía en mi casa. Le dije que era cierto, que había trabajado muchos años de asistente social y que sabía de primera mano lo duro de la carencia. En ese sentido, siempre he tenido la obligación moral de ayudar a todo aquel que lo necesite y siempre que estuviera en mis manos. Pero el viaje seguía… Después de la reunión me fui a casa de Luis donde tenía unos libros para mí… Entre ellos, «El Arte de hacerse respetar», de Schopenhauer… Del libro me quedo con una frase que dice mucho: «La honra de un hombre no se basa en aquello que hace, sino por el contrario en aquello que padece, en lo que le sucede«. Puede haber muchas interpretaciones en esta frase, pero es en la constancia del sabio, como diría Séneca, donde reside lo que verdaderamente importa. Me marché a Lérida, donde al día siguiente tenía otra reunión, esta vez más relacionada con la gestión del Misterio. Dormí en el coche en mitad de la nada y seguía pensando en las niñas. Hacía frío esa noche, mucho frío, pero no me importó. Me sentía libre por estar en algún sitio donde sólo el recuerdo podría sorprenderme. Así, padecía la pérdida de esos dos seres, y eso honraba el momento, porque sólo desde la pérdida nacida del desapego se puede seguir viajando hacia el futuro incierto.

(Foto: momento de entrega de «las niñas»…. un momento agridulce, mitad alegría, mitad tristeza… La Montaña, Marzo de 2009)

El viejo molino


Ayer fue un día hermoso… Por la mañana estuve dando un paseo por un viejo molino con un terrateniente amigo personal del rey y de la familia Franco, viendo una finca cercana a Los Ángeles la cual estaba exuberante ante la inminencia llegada de la primavera. Me sorprendió descubrir ese paraje hermoso tan cerca de donde yo vivo. Sin duda, esta tierra guarda rincones tremendamente hermosos por descubrir y disfrutar. A mi maestro de ceremonias quizás le hubiera molestado descubrir que soy republicano por edad y consciencia, pero por suerte, supe adaptarme a la situación y no detentar ningún tipo de posición o comentario político en un momento que no lo requería. Eso sí ocurrió por la tarde donde fui a tomar un refresco con algunos miembros del partido para hablar de cosas que al final nada tenían que ver con la política pero que sirvió para pasar un rato agradable y tranquilo, supeditado por la atenta mirada del transcurrir del tiempo, un tiempo que mece nuestras vidas a su merced y nos hace privilegiados mientras somos conscientes de su invisible mano.

Así llegó la primavera, con luz, mucha luz, coincidente además con la conexión de luz en mi nueva casa, la cual disfruto todos los días y desde donde ahora escribo mientras contemplo como los vegetales plantados crecen sin parar… y reservando las noches para cuando Ella desee acompañarlas. Y así transcurren las horas… Como si el mundo fuera una oportunidad para acelerar nuestra integración en el sueño de lo irreal. Ojala hoy tuviéramos una hermosa oportunidad para ser generosos con la vida. Ella, agradecida, sabrá aportarnos todo cuanto necesitemos, todo aquello de lo que somos merecedores… Como esas golondrinas que hoy volvían a mi balcón, gobernando de nuevo su pequeño nido el cual he mirado durante todo el invierno con melancolía y añoranza esperando su necesario retorno… Ahora ya están aquí… me voy fuera para saludarlas de nuevo… es tan hermoso verlas volar…

(Foto: Viejo molino construido en 1901, La Montaña, equinoccio de primavera, 2009)

Gracias a la vida


Ayer, de forma improvisada de nuevo, salí de Barcelona tras la asamblea de majaras a eso de las cuatro dirección La Montaña. En Valencia dos escaladores alemanes que iban a Málaga se subieron a mi coche para hacerme compañía en el viaje. Es la tercera vez en lo que va de año que recojo a personas que hacen autostop en carretera. No es una práctica muy común en España, excepto por los europeos o turistas que la practican, y es una modalidad hermosa de compartir viaje con gente normalmente interesante. Así que ellos me cuentan sus historias, yo las mías y todos salimos enriquecidos. Aún recuerdo la cara de estupefactos de dos estudiantes de ingeniería que en la noche del 31 de diciembre los salvé en mitad de la nada tras una fiesta de fin de año fallida. Los acompañé hasta la puerta de su casa, todo un lujo, pero es que era una noche especial… Ayer, los temas fueron de viajes y libros, ya que mis acompañantes, dos estudiantes de geografía del sur de Alemania, hablaban bastante bien el español. El trayecto para ellos terminó en Córdoba y yo seguí hasta la Montaña donde llegué pasada la media noche. Y hoy, para mi sorpresa, he ido a regar mi pequeña huerta y encontré los primeros brotes de la cosecha del año… Ha sido muy emocionante ver ese verde resurgiendo de entre el negro de la tierra húmeda. Así que gracias a la vida que me ha dado tanto…

(Foto: Brotes de ya no recuerdo qué en el pequeño jardín… Qué bonitos los domingos verdes… La Montaña, marzo de 2009).

Asamblea del Espiritu Libre


Estoy en Barcelona para asistir a la gran asamblea anual. Resultan emocionantes estos encuentros que hasta no hace mucho debían hacerse en el exilio o de forma clandestina. Ahora, cualquiera que se considere libre y de buenas costumbres, ambas cosas difíciles hoy día, podría estar en este lugar sin ningún temor a ser fusilado. Los tiempos cambian para bien del mundo…

(Foto: Hotel Sants, Barcelona, marzo de 2009)

A Barcelona…


Por la mañana yo me levanto… decía la canción… y es bonito levantarse y saber que cada día va a ser una aventura, un día nuevo y emocionante, un día de vida y color, de primavera, de honduras y misterios, de revelaciones ante el canto de un pájaro o la contemplación de una flor… Y como cada día es nuevo y único e invita a la aventura, adelanto en un día mi viaje y me marcho a Barcelona… Que el viaje traiga conocimiento y el conocimiento nos traiga sabiduría…
un abrazo y hasta luego…

MEMENTO MORI


Ayer hablaba sobre la urgencia del vivir, sobre la limitación en el tiempo que nos corresponde, sobre la fugacidad de la vida que tanto ha inquietado a filósofos de todos los tiempos y sobre todo, la tremenda decisión a la que cada día nos enfrentamos. El «recuerda que vas a morir» no deja de ser una parodia de nuestro destino, para algunos un alivio por no tener que soportar más una vida mezquina y sin sentido y para otros una desesperación por pensar que el tiempo se agota y una vez bajo tierra o sobre ella en el caso de ser incinerados ya no nos quedará más que la vaga esperanza de que tanto esfuerzo haya merecido la pena, o como mínimo, haya servido para algo… Ayer pasamos toda la tarde sembrando frutales y hortalizas en lo que será si todo va bien un pequeño pero precioso huerto. Hicimos pequeñas colinas en la tierra hincando cualquier dedo en su loma para dejar caer semillas que se hundían en la oscuridad de la tierra. Resulta emocionante ser partícipe de ese momento creador. Ahora miro las pequeñas colinas desde el ventanal del salón y creo haber participado en algo, ridículo y minúsculo, pero algo por lo que merece la pena morir tranquilo. Pronto se hizo de noche y la luna creciente golpeaba las últimas brisas antes de que, unas horas más tarde, muy de madrugara, viajara hasta Sevilla para despedir a Anja, la cual vuelve a su hermosa granja de caballos en el norte de Alemania. Y allí quedó el momento fugaz de la siembra, en una primavera que a tenor de los pajarillos que no se cansan de cantar, está a la vuelta de la esquina… Por cierto… ¿volverán las oscuras golondrinas? El pobre nido que hicieron el año pasado y que acabó en infanticidio no ha soportado el invierno… me hipnotizaba tanto su vuelo sobre mi cabeza… era como estar en el cole reflexionando sobre la misteriosa naturaleza del vuelo de una mosca… solo que ahora el cole es la vida y la mosca se convirtió en pájaro emigrante que viene y que va, como en la canción…
(Foto: Huerta en tiempos de crisis… Volver a las antiguas tradiciones no viene mal en tiempos de escasez… nunca se sabe que nos deparará el mañana… y cualquier trozo de tierra destinada a jardín zen puede servir para reconvertirse en fermento de otro tipo de meditación: la del trabajo en la tierra. Si logro que salga alguna zanahoria, cebolla, alcachofa, calabacín, pimiento, lechuga o cualquier otra cosa parecida estáis invitados al banquete. Pd.- Por cierto, me han salido cuatro espárragos trigueros en el jardín… ¿creéis que dará para una tortilla? La Montaña, a marzo de 2009).

Camiones en la nacional


La crisis ayuda a no viajar o de tener que hacerlo, siempre buscando la alternativa más económica. Viajar en un coche híbrido resulta muy rentable y si además evitas las autopistas de peaje mucho más. Y eso también lo piensan desde hace mucho tiempo los camioneros. Lo de los
peajes es algo que nunca entenderé. Restringe la libre circulación de personas y productos, encarece las mercancías y provoca múltiples accidentes en las vías alternativas. Visto así no aportan ninguna ventaja social. Alemania, que es un país rico y sensato no tiene peajes y creo que les va mejor que a nosotros. En España preferimos hacer doble gasto duplicando en algunos casos autovias donde ya existen autopistas… Así nos va…

Vaca Germana


Después de volver de una visita a Satemin, un pueblo no muy lejos de aquí donde se vende una granja de la que siempre hemos estado enamorados, hemos llegado al establo para descargar del coche seis sacos de zanahorias (a cuatro euros el saco, increíble) para los caballos y nos hemos encontrado con una rebelión en la granja. Todas las vacas se habían escapado de su pesebre y andaban a sus anchas por el establo. Ha sido muy divertido hacer de vaquero e intentar rescatar a las vacas de su deriva anarquista. Al final lo hemos conseguido, hemos reparado la parte por donde se habían escapado y hemos visto como una vaca volaba literalmente por encima de una de las vallas cuando he intentado acercarme para dirigirla hasta su correcto lugar. Anja ha bromeado y ha dicho que quizás la vaca germana se ha asustado cuando ha visto al toro español atacar por la espalda…
(Foto: En el establo de la granja Meier, Weitsche, Baja Sajonia, Alemania, febrero de 2009).

Me nacieron en el mediterraneo…


A veces un poco de vanidad en tiempos de crisis viene bien… Me escribió hace unos días un amigo masón que vive en USA y es natural de Córdoba. Le contaba lo difícil que resulta a veces integrarte en cualquier sociedad, sobre todo si vienes de fuera y eres acogido en un lugar donde el nacionalismo gregario suele estar muy arraigado. Paradojas de la vida, me fui de Cataluña precisamente por luchar desde fuera contra ese sentimiento gregario y me encuentro que en pequeños pueblos perdidos de la sierra cordobesa el nacionalismo o amor hacia lo propio puede ser igual de poderoso y destructor que el de allí arriba. Decía a propósito mi amigo lo siguiente:

«Lo tuyo es de anacoreta masoquista…..vegetariano, catalán de crianza, cosmopolita de mentalidad, trilingüe, editor anarquista y místico revolucionario, y de todos los puntos planetarios vas y te me metes en Hornachuelos…….TORERO! TORERO! que huevos le echas!!!»

El que no sea de este pueblo está a priori mal visto. Lo he experimentado en varias ocasiones en mis carnes. Tengo el aval de que mi familia materna es desde siempre de este lugar y yo me defiendo diciendo eso de que me nacieron en Barcelona, sin que yo tuviera potestad para decidir donde hacerlo. A veces ese argumento no sirve de mucho porque independientemente de donde provenga tu sangre, lo que importa es la fecha y el lugar de nacimiento. Que le digan al Rey de España que es italiano por nacer en Roma o portugués por criarse en Estoril o a la reina griega por sus orígenes indiscutibles… Está claro que la partida de nacimiento es mejor obviarla, y que cada uno sea de donde quiera. En mi caso, del Mundo, que es mucho más amplio y hermoso que cualquier rincón encapsulado en la posesión o el ostracismo…

(Foto: En Castellón con dos de mis mejores amigos: Anja (Alemania) y Carlos (Perú). No podría mirarlos de otra forma por el hecho de ser «de fuera», porque para mí, están muy dentro… Mayo de 2008).

La cuba


En cierta forma me siento satisfecho porque después de más de dos años casi de pesadilla, se puede decir que la casa está prácticamente terminada. La señal ha sido el ver como un camión se lleva la única cuba de escombros que la casa ha originado ya que la mayoría han sido reciclados o reutilizados. Así que la cuba me llena de cierta satisfacción.

(Foto: un día agotador recogiendo las últimas de vagón… Hornachuelos, enero de 2009)

Amanece


Un nuevo día y una nueva oportunidad. Hago fotos en un amanecer lluvioso y lleno de niebla mientras espero que el mundo se levante…

(Foto: una calle de Hornachuelos mientras espero a que abra correos y los bancos…Enero de 2009)

Karma Yoga


Hoy estoy pasando el día trabajando en la «obra», que es como decir que me he tomado el día libre en el plano del pensamiento (editorial y tesis doctoral) para trabajar un poco en la casa interminable. He parado un rato para mirar la entrada, que deseo que sea ancha y abierta.
Me viene bien el trabajo físico. Con ello evito pensar en exceso y equilibrar así los siete cuerpos.

(Foto: Descansando frente a la fachada y reflexionando sobre su futuro, La Montaña de los Ángeles, enero de 2009)