Podría hacer un análisis macroeconómico y macropolítico sobre lo ocurrido en las elecciones Europeas. Pero eso lo dejamos para las mentes pensantes las cuales concluirán que todo está bien (primera mentira). La gente de a pie desea saber qué ocurre en el día a día y si mañana van o no van a poder comprar una barra de pan. Pues como a ellas nos debemos, hagamos nuestro peculiar análisis político, ya que los políticos de verdad están preocupados por asuntos mayores (segunda mentira).
Hablaba con Jose esta mañana en Correos sobre la importancia del cotilleo para la cohesión social. Las alcahuetas y los alcahuetes son importantes, necesarios, imprescindibles para saber del otro, para comprender al otro, para ayudar al otro. El problema es el uso que hagamos de esa imprescindible forma de sociabilidad. A mis alumnos de la universidad les decía una y otra vez que el chismorreo era una expresión humana que había construido sociedades enteras. Es como la llamada que resuena en el fondo de nuestra selva, una llamada que, tal y como la describía Jack London, despierta en nosotros una porción de indefinibles deseos y de extrañas situaciones. Y ese poder suele ser más fuerte que nuestra voluntad, y de ahí que el eco que resuena en nuestras tertulias y chismorreos ejerzan una trascendencia imprescindible. Ocurre que la ignorancia, el miedo o simplemente el desconocimiento del origen del chismorreo, sus causas, sus autores y sus verdades objetivas hacen del mismo un arma de doble filo que, a veces, incluso, resulta peligroso. Fue precisamente lo que ocurrió el domingo cuando un abanderado político se abalanzó contra mí para vomitar, otra vez, una lista de alucinaciones provenientes de un mal chismorreo de origen dudoso. Como en los últimos meses ya me han dicho de todo precisamente por denunciar frente a frente todo cuanto pienso que es injusto, ultrajante o inútil, realmente no me sorprendió en absoluto el nuevo alucinógeno con el que me atacaban, pero sí me sorprendió la fuente. Y como mi cultura es secular y no creo más que en lo que veo o me dicen frente a frente, os voy a contar un chismorreo que cada cual deberá juzgar según su propia inteligencia -de haberla-, y así todos jugamos al mismo juego:
Hace una semana estuve en Suiza, en una logia masónica a la que llaman Alpina cuyo secreto reside en llamarse logia encubierta porque en ella se reunen gente de aparente importancia en la sociedad para tomar importantes decisiones. En mi calidad de alto grado y miembro de lo que aquí en España llaman los negros de Severo Ochoa, fui invitado por tercera vez a esa reunión, teniendo acceso a información privilegiada (por cierto, allí estaban, además de tres ministros de nuestro país, un presidente de una gran república que últimamente sale en paños menores en la prensa. Contó un chiste muy bueno sobre el presidente francés y su bella esposa). Pues bien, allí, un alto cargo de mi partido – para más señas su nombre empieza por L y acaba por S- me dijo que iban a cortar tres cabezas de la ejecutiva provincial de mi partido y que debía tantear qué salida honrosa deseaban. A la vuelta de Suiza, fui con el cotilleo a la ejecutiva provincial, con la cual me reuno en secreto una vez cada dos semanas para informar de todo lo que ocurre a nivel local (ya que ellos me están preparando, también en secreto, para ser el nuevo alcalde en las próximas elecciones) y me dijeron que ya sabían lo de las tres cabezas, pero que antes de que eso ocurriera, habría un gran barrido a nivel local y que en mi agrupación local iban a despachar por hartazgo a otras tres cabezas pensantes que no hacen más que fastidiar y fastidiar en vez de aportar soluciones reales y positivas a nuestro pueblo. Además, me dijeron que el alcalde de ahora está tan tranquilo porque ya le han ofrecido un puesto de trabajo a modo de retiro, que al parecer es lo que hace El Partido a todos aquellos que se portan bien o estorban de forma considerable. Así que la torpeza con la que últimamente se está haciendo la política va a tener duras consecuencias, a no ser que los hombres honrosos y verdaderos sean lo suficientemente inteligentes y gallardos y dimitan de una vez para que la savia nueva se renueve de una vez. Por cierto, en la logia Alpina había también un importante financiero de nuestro país -presidente de una caja de ahorros catalana, para más señas y que por cierto, viaja en helicóptero los viernes a las siete de la tarde para… esto mejor no lo digo- que me informó que a día de hoy no hay dinero en las cajas de ahorros y que estamos en el momento de la crisis en el que la mejor opción para todos es el sálvese quién pueda. En fin… en el próximo capítulo informaré de más cosas, porque es tal el hartazgo que va siendo hora de que cada uno cuente su verdad como mejor le plazca… y la mía tiene grandes dosis de poliedros… Y ahora vas y lo cascas…
(Foto: Cotilleando con mis dos nuevos amigos que se decían uno a otro: este tío está de vuelta, mira que piscina más horrenda nos pone… aquí no hay quién menee la colita…)






















