Ayer estuve en Málaga visitando a los amigos P. y A., unos importantes editores con más de treinta años de experiencia y una editorial de éxito con sucursales en Latinoamérica. Mientras esperábamos a P. en el despacho de la editorial, empezamos a hablar y A. comenzó a contarme sus experiencias chamánicas en México, Brasil, Miami… La historia fue alucinante. Relataba emocionado como un chamán mexicano lo mantuvo con vida durante casi doce años debido a un gran cáncer que casi le quita la vida. Me enseñó una foto de como era antes de la operación y como es ahora y sin duda eran personas totalmente diferentes. Lo interesante de la historia es el desprecio que la medicina oficial siente hacia estas técnicas de curación milenarias, un conocimiento ancestral que sin duda cura vidas, ya sea por la verdadera acción del chamán o por los estímulos derivados de la autogestión. En Mongolia estuve con un grupo de amigos que intentan sintetizar ambas medicinas, sin despreciar ninguna de ellas. Hay sin duda un movimiento mundial que pretende «recordar» todo ese conocimiento que hemos olvidado y que sería bueno para nuestra humanidad. El ejemplo vivo es Antonio, el cual me relató durante casi cuatro horas todas esas fantásticas experiencias. Dice que lo que cuenta Carlos Castaneda en sus libros se queda corto con lo que él pudo experimentar y ver allí. Ya me ha corroído la curiosidad antropológica y me veo viajando de nuevo a México…
Chamanismo en México
Ayer estuve en Málaga visitando a los amigos P. y A., unos importantes editores con más de treinta años de experiencia y una editorial de éxito con sucursales en Latinoamérica. Mientras esperábamos a P. en el despacho de la editorial, empezamos a hablar y A. comenzó a contarme sus experiencias chamánicas en México, Brasil, Miami… La historia fue alucinante. Relataba emocionado como un chamán mexicano lo mantuvo con vida durante casi doce años debido a un gran cáncer que casi le quita la vida. Me enseñó una foto de como era antes de la operación y como es ahora y sin duda eran personas totalmente diferentes. Lo interesante de la historia es el desprecio que la medicina oficial siente hacia estas técnicas de curación milenarias, un conocimiento ancestral que sin duda cura vidas, ya sea por la verdadera acción del chamán o por los estímulos derivados de la autogestión. En Mongolia estuve con un grupo de amigos que intentan sintetizar ambas medicinas, sin despreciar ninguna de ellas. Hay sin duda un movimiento mundial que pretende «recordar» todo ese conocimiento que hemos olvidado y que sería bueno para nuestra humanidad. El ejemplo vivo es Antonio, el cual me relató durante casi cuatro horas todas esas fantásticas experiencias. Dice que lo que cuenta Carlos Castaneda en sus libros se queda corto con lo que él pudo experimentar y ver allí. Ya me ha corroído la curiosidad antropológica y me veo viajando de nuevo a México…