Algunos amigos de Cataluña me han escrito y llamado por teléfono quejándose de mi tono, también xenófobo, con respecto al comentario que hice sobre la xenofobia y el totalitarismo. Qué cosas tiene la vida. Uno criticando el pensamiento único y resulta que me llaman la atención por pensar así, es decir, como diría el gallego-español-americano (pa’ no ofender ni a huesudos ni a osudos, es decir, ni a nacionalistas ni a patriotas) Julio Iglesias, alias Julito, «a mi manera». Como a mi me gusta mucho la coña marinera y tocar los cataplines, pues dejemos de expresarnos libremente y dejemos de defender ideas y hablemos de temas con más sustancia tales como las funciones milagrosas del fitoplancton en la Antártida. ¿Sabíais que el fitoplancton es un aliado natural contra el cambio climático? Aunque pensándolo bien, el Sistema lo que pretende es que hablemos de fitoplancton y no que pensemos lo que nos de la gana. Y el Sistema siempre lo ha tenido claro: si piensas diferente, serás un hereje digno de una buena hoguera. A lo largo de la historia ha sido sistemático y está clínicamente probado que la herejía acaba mal. Me pasó en la universidad autónoma de Barcelona cuando levanté un tremendo escándalo al que tuvieron que acudir para abolir la sublevación ideológica diferentes catedráticos de antropología porque se me ocurrió defender en un discurso académico bilingüe -y aquí vino la jodienda- el comparar a las etnias que convivenn en el territorio afgano con las etnias que conviven en el territorio español y catalán. Vamos, que a los catedráticos de turno no les sentó nada bien que utilizara dos lenguas para defender que los pastunes y los tayikos eran para los afganos como los castellanos y los catalanes para los españoles. Las cosas de la antropología… pero mejor sigamos con el fitoplancton, que son organismos acuáticos autótrofos, es decir, que se alimentan por sí mismos, igual que los que asumen la corriente del totalitarismo que se autoalimenta de su endogamia encefaloplánica.
CREANDO UTOPÍAS 