Con la tesis doctoral


Las fieras del anochecer ayudan a estimular el impulso creativo. El silencio, la oscuridad, la ausencia de estímulos son elementos esenciales para cierta concentración monacal. Porque al fin y al cabo parezco eso, un monje vestido de modernidad, enclaustrado en un rezo continuo de cultura y ciencia, atrapado en la luz diurna de los sueños y las ilusiones. A veces suena el teléfono y aprovecho para tumbarme en la estrecha línea que separa mi mundo de las estrellas. Una gigantesca ventana que me aproxima, si acaso podemos creer en la ilusión de lo posible, a eso que llamamos infinito… Y el escribir estas notas que ya forman parte casi de un diario visible me ayudan a despejar la mente, a relajar el músculo pituitario y a desempolvar cualquier emoción que anime a seguir… Pues eso, sigamos con las comunidades utópicas…

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