Queridos Magos de Oriente y Occidente, del Mediodía y el Septentrión,
Mi deseo es universal, para todos los humanos que esparcidos por la faz de la tierra y los mares desean regresar a su verdadera patria, aquella que emerge del corazón.
Deseo que la estrella flamígera les guíe hasta su propósito, el propósito que los Magos conocen y sirven.
Que sean capaces de sentir la urgencia de actuar.
Que puedan proveerse de las siete herramientas que el Universo les ha otorgado para construir el mundo que anhelan.
Que la paz sea el cemento que aglutine las piedras del edificio universal.
Que el amor y la belleza adornen sus pedestales.
Que la fuerza sostenga con pilares irreductibles la bóveda celeste de sus vidas.
Que la sabiduría presida la construcción del templo humano y sea la guía que les lleve hacia el reino de la perennidad…
Queridos Reyes Magos,
¡Qué la Paz reine sobre la Tierra!
¡Que el Amor reine entre los hombres!
¡Qué la Alegría esté en sus corazones!
Y para mí… una única cosa: el recuerdo vivo de la llama violeta… ¡Das Veilchen!
