Logias de Adopción


A principios del siglo XVIII se establecieron en Francia varias Sociedades secretas que trataron de imitar a la masonería en su forma exterior, caracteres y Ritos diferenciándose de ésta en la admisión de las mujeres. Entre dichas Sociedades podemos citar la de Cagliostro La masonería egipcíaca, que aún sigue funcionando hoy día.
Las primeras noticias que se tienen sobre la entrada de las mujeres a las Logias es en 1744, cuando el Gran Oriente de Francia creó un nuevo Rito, llamado de Adopción o «Masonería de Damas», trabajaban bajo la tutela y supervisión de los hermanos varones y al cual sometió a su jurisdicción, estableció reglas y leyes para su gobierno;
prescribió que sólo los Maestros francmasones pudiesen concurrir a sus reuniones; que cada Logia de Adopción estuviese a cargo y bajo la sanción y garantía de una Logia masónica regularmente constituida y que el Venerable Maestro de esta última, o los Vigilantes a falta de él, fuese el Oficial encargado de presidirla, acompañado de la «Maestra Presidenta» de la Logia de Adopción.
Esta Masonería de Adopción consta de cuatro grados: 1º Aprendiza, 2º Compañera, 3º Maestra, 4º Maestra Perfecta. Está basada en la «Virtud» y se ha juzgado conveniente cimentarla, no sólo sobre los principios que inspiran amor al bien y horror al vicio, sino también sobre la práctica de las buenas costumbres. Sus Rituales están llenos de textos bíblicos que no deben tomarse al pie de la letra; la interpretación simbólica de esos textos y alegorías constituye la instrucción masónica de la mujer en los distintos grados del Rito de Adopción.
Conforme a estas reglas se establecieron a partir de 1775, varias logias de Adopción. La más famosa fue La Candeur, en la que se admitió a burguesas como la señora Helvetius, mujer cultísima y con un espíritu muy abierto, y a miembros de la Aristocracia, como la Princesa de Lamballe, la Duquesa de Chartres cuyo marido, el futuro Philippe Egalité, era Gran Maestre de la Orden, y además a un gran número de damas de la Corte.
La Duquesa de Borbón, prima del Rey y madre del Duque de Enghien, fue la Gran Maestra de la Francmasonería de Adopción. En 1778, Voltaire le envía versos a la gloria del Templo.
Con la Revolución desaparecen las Logias de Adopción y sus miembros fueron esparcidos por la emigración, el encarcelamiento o la acción política.
Bajo el Primer Imperio renacen las Logias de Adopción, siendo la Emperatriz Josefina, Gran Maestra, durante un corto tiempo. Poco a poco, durante el siglo XIX las logias de Adopción irán desapareciendo o subsistirán en un estado vegetativo, con un desarrollo muy lento, y siempre tuvo menos miembros que la masonería masculina, pero a finales del XIX llegó a tener unas 150 Logias.
El 14 de enero de 1882, la logia Los Libre pensadores del Pecq (localidad próxima a París), decidió iniciar a una mujer; María Deraisme, periodista y gran feminista. La emoción que provocó el acto de insubordinación de la Logia del Pecq fue enorme. Se entabló una viva polémica y cuatro meses después de este acontecimiento, la Logia del Pecq tuvo que abandonar la obra emprendida. Superando su decepción, María Deraisme decidió entonces crear una nueva Obediencia, y el 4 de abril de 1893 nació el «Derecho Humano», Obediencia mixta, bajo la dirección del Doctor Georges Martin. Hoy día, el Derecho Humano, con el título de » Derecho Humano Mixto e Internacional», posee Logias en todos los continentes.

 

 

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