A India por una sonrisa (Crónica I)



Había que despertar al payaso que yacía en medio de la sala. Ella se levantó sola y resuelta. Abandonó el círculo donde se encontraba con los demás niños y empezó a reanimar a un Kili-Kili tumbado en el suelo. Una ola de ternura invadió en ese instante toda la sala del humilde colegio. El otro payaso también dejó de actuar. La niña fue por instantes la reina absoluta de la escena. Todos mayores y pequeños mirábamos con asombro a esa criatura de apenas cinco años que se había situado en mitad del círculo y cobrado protagonismo con la sola intención de devolver la vida al payaso. Intentaba una y otra vez, con suaves palmadas en la cara, resucitar al clown derrotado en el boxeo. Las lecciones de los niños nos han acompañado desde el primer día.

Con Nirmala de Aseema

Los adultos también nos han derrochado aprendizaje. He ahí el ejemplo que al rato de la escena narrada nos daría Nirmala, la directora del centro y coordinadora de Aseema, ya en una de las aulas de ese colegio del extrarradio. Creando un círculo en el suelo con los niños, se habían puesto a rezar, con una devoción que nos llegó dentro, al Dios de todos los seres humanos. Con las palmas de las manos unidas recitaban una oración universal apta para los pequeños de las diferentes religiones indias. Después nos lo confesaría en la comida que nos ha ofrecido: su religión es la del servicio. Nos compartió su generoso y vital testimonio, al tiempo que disfrutábamos del sencillo combinado de arroz y verduras, el plato de los niños. En medio de esa comida típica, siempre un poco picante para nuestro paladar occidental, nos ha manifestado también su gozo por contactar  con personas con “latido interior”.

No nos conocíamos previamente, pero habíamos contactado con otro nodo de la red de luz. Sí, bajo el asfalto de 18 millones de habitantes, bajo los atascos atronadores, también pulsa la red universal de amor y de compasión. Nirmala es parte importante de Aseema, la ONG que se encarga de cubrir en las escuelas las importantes necesidades que no asume el gobierno. Aseema lleva en autobuses a los niños de los “slums”. Todos esos pequeños de familias desestructuradas de repente visten uniforme y están delante de una pizarra. Desarrollan además su aprendizaje  con uno de los métodos más cualificados, el de las escuelas Montessori. En palabras de Nirmala “a quien no tiene nada hay que darle todo”. Hemos podido constatar su esfuerzo en proporcionar la mejor educación a los últimos de entre los últimos.

En el “Famous Studio”

Habíamos mantenido otros  contactos con otras personas y organizaciones de esa oculta red de buena voluntad. Nos habían también impresionado muy positivamente los jóvenes de Pragati. Ellos se dedican a llevar arte, expresión y alegría  a los niños hospitalizados. Freedom of  Expression Movement (www.bethekey.com) era otra organización de jóvenes con la que habíamos entrado en contacto.

Sí, en medio de ese panorama multicolor, pero que demasiado  a menudo  carga con el gris de la miseria; en medio de esas calles infinitas que tan a menudo nos golpean por dentro con la agresividad del tráfico, también hay ángeles…, gentes que viven por y para hacer la existencia  más feliz a los más pequeños. Nosotros sólo nos dejamos pasear por ellos. Ellos nos han llevado al encuentro de la fiesta. En este caso, ambas organizaciones de manera conjunta habían reservado una gran sala en las instalaciones del llamado Famous Studio en el centro de Bombay. Alrededor de 150  niños de los “slums”, es decir de los barrios más pobres, habían subido a varios autobuses. Habían viajado desde la geografía más depauperada que pudiéramos imaginar, al lejano e inaccesible centro urbano. Les habían pintado la cara y les habían dado de comer a la grande. Dentro de las instalaciones les aguardábamos los payasos. Les habíamos dicho que no éramos profesionales, que estaban ante puros aficionados, pero no debieron de acabárselo de creer, pues no sólo reservaron ese lugar bolybodiano, sino que contrataron también un equipo profesional de vídeo con tres  cámaras.

Era la segunda actuación en Bombay y la verdad es que toda aquella expectación suscitada nos puso un poco nerviosos de cara a la actuación, pero, gracias a Dios, los organizadores se manifestaron muy satisfechos después del show. Insistieron incluso en hacernos una entrevista ante las cámaras.

En realidad todos estábamos allí por lo mismo: empujar la vida, alentar la vida amenazada por la gran miseria reinante. Disfrutábamos esa mágica unidad más allá de todas las fronteras que proporciona la risa. En medio de la explosión de alegría, se esfumaban al instante todos los sinsabores pretéritos, sobre todo el infierno del tráfico, el ruido y la contaminación que es de los retos más difíciles que se nos han planteado. En medio de esta megaselva de asfalto invertimos más de una hora en cada uno de los desplazamientos. Se nos va más energía al absorber el ruido y el humo dentro de los taxis sin ventanas en medio de los embotellamientos que en  el trabajo con los chavales.

Caminando la ciudad

Bombay ya se nos ha metido un poco dentro, pese a esos inconvenientes. No es que  nos hayamos acostumbrado, no es que ya dejemos de sufrir sus monumentales atascos, simplemente es que la ciudad nos ha dado ya mucho en estos seis días… A tres de marzo hemos realizado cuatro actuaciones: dos con Pragati y Freedom of  Expression Movement y otras  dos con Aseema. Vamos ya algunos cientos de esos rostros encendidos.

A veces una vez finalizada la actuación, hemos deambulado por la ciudad  despacio, sin prisa por coger nuestro taxi “yelow-black”. Si no hay un tráfico atronador y la zona es mínimamente apacible, el paseo es siempre sorprendente allí donde nos encontramos. Salimos a descubrir esa sorpresa que nos depara cada metro cuadrado de esta  ciudad  tan intensa. La vida está volcada en la calle. A veces una simple tela inclinada y anclada entre el suelo y la pared delimita un espacio, afirma un  territorio personal o familiar, constituye el techo de un hogar… Las gentes se extrañan de vernos también adentrarnos en los lugares más inhóspitos. Si no fuera por el recelo de incomodar e invadir su intimidad, haríamos más kilómetros por los barrios humildes…

Después nos hidratamos. Nos regalamos nuestros zumos y nuestros helados. Compartimos las imágenes de las cámaras y repasamos la actuación. Vemos la forma de hacerlo mejor en la próxima actuación.

Ya no regateamos los taxis. En realidad ya no regateamos casi nada. ¿Por qué intentar llevar más para nosotros cuando ellos no tienen  apenas nada? Intentamos corresponder pues, como decíamos, somos colmados en muchos  sentidos. Javi llevó al extremo  su generosidad el día  pasado al pagar  con dos mil rupias el trayecto de un taxi que era de doscientas. Equívoco con los billetes o agradecimiento inconsciente,  igual un poco de todo.

Festividades

Además de las actuaciones hemos vivido algunas fiestas y acontecimientos. Para nuestra sorpresa al aterrizar en esta megaurbe, vimos por todas partes sembrados carteles de Amma. Era como si la “santa de los abrazos” nos estuviera aguardando en destino para velar por nuestro itinerario. Así que una noche también fuimos allí y nos fundimos con la multitud devota, devotos nosotros  también no sabemos de qué ni de quién, seguramente de la Vida que nos brindaba tan hermosas  sorpresas.

Nos ha tocado también la fiesta nacional de los colores el primero de marzo, el “holi festival”. La víspera vivimos un acontecimiento muy particular al ser invitados por una familia, a participar, siquiera como espectadores, de su fiesta musical, cerca de nuestro hotel en el distrito de Chembur. Era una familia muy amplia que  celebraba desde hace 75 años ese día su encuentro anual. Fuimos  agasajados con café aromatizado y dulces. A Cristina, Ana ya se había retirado, la trataron como a una reina. Le  llegaron a decir que no era casualidad alguna el que hubiéramos ido a parar a aquel lugar, que la entrada de un invitado, más aún en el caso de una mujer, significaba algo de la presencia de Dios en ese hogar.

En el día propiamente de la fiesta, la calle se convierte en una batalla lúdica y campal en la que unos y otros se arrojan pinturas de colores. Es una festividad religiosa que parece haber derivado en un sentido carnavalero. Como ya  vestimos  mucho color el resto de los días, esa mañana nos quedamos descansando en el hotel.

Llevamos ya casi una semana en India y era ya hora del encuentro con la pantalla, hora de intentar reportaros algo de lo vivido y observado a lo largo de estos intensos días. Han sido líneas necesariamente aceleradas. No hay mucho tiempo para el teclado. Aquí lo prioritario es la farándula, lo importante es contribuir al latido de la vida humana. En medio del Bombay inmenso ella pulsa; en sus lugares más inhóspitos, más insalubres sigue manifestándose; en medio de las basuras y las ratas, el olor insoportable brota también ella insobornable… No nos resta sino contribuir a perpetuarla y a elevarla a mejor expresión.  Intentamos contribuir a ese pulsar de la vida encendiendo el mayor número de sonrisas entre esos rostros oscuros lamidos por el sol, entre esas criaturas de tan corta, pero vapuleada edad.

Volvemos de cenar en nuestro vegetariano del barrio. Ya nos conocen de todos los días. Pese a la lata que les damos al pedir los platos, nos tratan con afecto. De vuelta al hotel ya conocemos “los bultos” que duermen en cada uno de las esquinas y portales. En el hotel también los empleados duermen en los sofás. No es momento de molestarles para que nos abran la sala con el ordenador. Lanzaremos mañana estas líneas a los vientos.

Kolkata asoma ya al final de estos días en Mombay. El programa allí se promete aún más intenso. Volaremos en avión dentro cuarenta y ocho horas. Estamos deseando poder conocer en el otro extremo del país al personal de Calcuta Ondoan, Colores de Calcuta, Udanyi, Madre Teresa… Estamos deseando poder confraternizar con tantos gentes que también  en aquel ancho asfalto, pulsan por la vida.

Intentaremos dar continuidad a la crónica.¡Seguimos juntos, con la ayuda del Cielo, sembrando sonrisas y esperanza a lo largo de este ancho solar planetario!

Cristina, Anita, El Loco y Koldo

11 respuestas a «A India por una sonrisa (Crónica I)»

  1. Qué bonito Koldo 🙂 los pelos como escarpias se me han puesto al leer…
    He sentido el pulso desde aquí, desde el salón de mi casa. He visto a la niña dándole las palmaditas al rostro de Kili Kili, os he visto caminar por la noche de vuelta al hotel, con una sonrisa de esas que satisfacen más allá del corazón..Os he sentido compartiendo el cálido acogimiento que os brindó la familia…Hasta he sentido el rubor que debió sentir Cristina ante el trato encantador…
    Os admiro mucho, os envidio de la forma más sana por todo lo que os habéis propuesto vivir y por lo valientes que sois al llevarlo a cavo. Sobre todo os sigo deseando qué esto siga pulsando, que lo hacéis muy bien y cada vez el pulso, sea mayor…
    Muchas gracias a los cuatro, es de agradecer lo que hacéis, pero mucho más lo es, cuando nos hacéis partícipes de vuestras vivencias como si estuviéramos con vosotros.
    Un fuertísimo abrazo 🙂

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  2. Que bonito, sumamente tierno todo, vuestra labor ahí, nos muestra el lado más humano de las personaS, debe de ser muy gratificante para vosotros saber que habeis llegado al corazón de los niños,y que a vuestro regreso dejareis un sin fin de dulces recuerdos para ellos,que nunca os olvidaran ,asi como tampoco vosotros, llegareis exaustos de cansancio quizàs pero repletos de satisfacción y de cariños desinteresados.
    vuestras vivencias conseguiran que jamas creais estar vacios ni por un solo instante,podeis estar orgullosos de ello.
    y por cierto lo del pago al taxista de Javier, tanto si fué en agradecimiento o por un despiste eso no hace otra cosa que hacer más grande su persona , él porque no dará demasiada importancia al asunto,y el taxista porque no le olvidara nunca.

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  3. Hola :), como veis, desde aquí, seguimos con entusiasmo vuestro periplo de amor y sonrisas. Para mí empieza a ser catártica vuestra experiencia. Me enfrenta a mi poltrona de cobardía :(, ainsss empiezo a recordar mis anhelos de juventud, luchar calladamente por un mundo más sano.
    Muchos ánimos y alegría desde Santa Cruz de Tenerife 🙂

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  4. VUESTRA LUZ DEL AMOR TOCANDO LOS CORAZONES !

    El Mundo es vuestro y mis sueños realidad…

    » SI HE DE DECIR ALGO AL ESTAR CON VOSOTROS QUERIDOS AMIGOS,

    DEBE SER AQUELLO QUE A TU CORAZON HAGA TEMBLAR, VIBRAR…

    Y ASI SENTIR ENCONTRAR UNA FUENTE FRESCA EN TU CAMINO,

    MUSICA BELLA PARA TUS OIDOS, LUZ DE AMOR PARA TUS OJOS…»

    » LOS QUE CREEMOS QUE SON TAN POBRES,

    SON LOS INMENSAMENTE RICOS. . .

    SABER CONOCERLOS VA MAS ALLA DE UNA AVENTURA. . .

    HAY TANTO QUE APRENDER DE ELLOS !..»

    EN ESPIRITU CON VOSOTROS 4, DESDE MEXICO

    – Salvador Hugo –

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  5. Mi querido Javier.

    Me encantaría que vuestro próximo viaje a revelar sonrisas en los niños de países duros y corazones blandos y ricos, fuese al mismísimo Marruecos, y también, al Sahara. Sabes que en esto quizás pudiera ayudarte. Si a tí/vosotros os interesara esta doble ruta, házmelo saber, por favor.
    Te quiero mucho… una jartà!!!

    Besos mil a todos los niños ricos y pobres de este mundo.

    Montse G.

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