Hacia el cambio posible


Escribo desde la planta sótano de mi casa. Aquí se está fresquito y tengo mi silla, mi mesa, mi reino, mi soledad. De aquí a media hora tenemos reunión política. Del grupo de trabajo que pudimos organizar en torno a la Educación y la Cultura han surgido treinta propuestas para trabajar en ellas. No está nada mal. Tras la reunión, me espera un nuevo viaje a tierras madrileñas. Mañana tengo reunión editorial para calibrar la difícil situación de la empresa y ver que opciones tomamos. La idea romántica de una empresa cultural no ha funcionado, al menos en el plano de la sostenibilidad. Así que deberemos buscar soluciones o alternativas al proyecto original.

Aprovecho el viaje para participar en los cursos de verano de la fundación Ideas y el Instituto Jaime Vera que se realizarán en la finca de Galapagar. El tema que trataremos será el de la Nueva Economía Sostenible y los cambios necesarios. Me alegra que por fin se vaya tomando consciencia de algo de lo que llevo hablando desde hace años, si bien lo plasmé en mi tesis doctoral con un nombre más genérico: la Nueva Cultura Ética.

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