Escuela de verano


El aprender no ocupa lugar, decía mi madre. Le hice caso y jamás dejé de hacerlo. A mi edad, incluso sigo estudiando, porque cuanto más aprendes más grande es la sensación de no saber absolutamente nada. Y esa sensación es maravillosa, porque en cierta forma te libera de la incertidumbre de pensar que más conocimiento equivale a más sabiduría. Nada que ver el uno con el otro, siendo lo segundo un proceso precisamente contrario al primero: El conocimiento requiere aprendizaje, almacenaje y disciplina. El segundo requiere desaprender lo aprendido, desalmacenar lo almacenado y faltar a cualquier disciplina, porque no hay mayor sabiduría que ese budismo zen que dice eso de comer cuando se tiene hambre y dormir cuando se tiene sueño, independientemente de todos los demás factores que con tanta disciplina han amoldado nuestras vidas. Así que aquí, en Galapagar, intento aprender, siguiendo los sabios consejos de mi madre, es decir, intento aprender a no aprender, porque si bien los discursos que intentan ofrecerte en esta escuela de ideas son bonitos y sirven para adornar cientos de decorados, lo que verdaderamente importa e interesa es la articulación de cualquier discurso en la vida real. Por eso, y como decía León Felipe, que no me cuenten más cuentos, que tengo sueño y me voy a dormir… Espero que los maestros de esta escuela no se enteren de mi sueño, especialmente porque se trata de ministros, exministros, secretarios de ministerios y… en fin, fuerzas vivas…

3 respuestas a «Escuela de verano»

  1. Estimado amigo Javier: Ándate con ojo avizor en esa escuela de verano.La retórica del ansia de Poder, se ha apoderado del Ser humano y solo la utiliza para pisar moquetas de varios centímetros a perpetuidad.

    Hay Universidades de verano, en donde pagan espléndidamente a profesores y catedráticos afectos al régimen de turno, como conferenciantes y al que asisten muchos profesores de primaria y secundaria con el único fin de que les den un diploma de asistencia…con unos puntos añadidos en su historial académico. Ya sabes…luego hay oposiciones a plazas.

    Las escuelas de verano políticas, son para dejarse ver y aprender el «humano» oficio del codazo para subir peldaños.

    Muchas veces he sido tentado y se de lo que te hablo. Como te aprecio…te lo digo.

    Te dejo un pedacito de un bello poema del gran Maestro León Felipe, así como un enlace musical…Once Upon a Time -Hubo una vez un tiempo…-:

    El mundo es una slot-machine,
    con una ranura en la frente del cielo,
    sobre la cabecera del mar.

    http://www.youtube.com/watch?v=kO1umz-Ektw

    Rafael

    Me gusta

  2. Querido Javier, para trabajar hay que alimentarse, y ya hay una refrescante receta de verano a ti dedicada, «Crema de Patatas Bondadosas al aroma de hierbabuena», te dedicaré una cada estación del año, otoño tendrá la suya.
    ¿Que como te enviaré la receta? En cuanto sepa como. ¿Que cuando te ofreceré su degustación? Tan pronto como la ocasión se presente.

    Ahora pensarás, ¿Y qué tiene esto que ver con la Escuela de Verano? Pues todo, gastronomía es cultura, y después de una buena «chapa» hay que darle al cuerpo lo que que es del cuerpo y el alimento para el cuerpo mantendrá vivas y renovadas tus neuronas. 😉

    Un abrazo.

    Me gusta

  3. Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender, peligroso Confucio

    ¿ Qué es lo verdaderamente importante?,
    busco en mi interior la respuesta,
    y me es tan difícil de encontrar.
    Falsas ideas invaden mi mente,
    acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
    aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
    donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
    la violencia, el odio, la indiferencia,
    se convierten en adorados héroes,
    ¡ no me extraña que exista tanta confusión,
    tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.
    Me preguntas cómo se puede ser feliz,
    cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
    cada cual es quien se tiene que responder,
    aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
    Queda prohibido llorar sin aprender,
    levantarme un día sin saber qué hacer,
    tener miedo a mis recuerdos,
    sentirme sólo alguna vez.
    Queda prohibido no sonreír a los problemas,
    no luchar por lo que quiero,
    abandonarlo todo por tener miedo,
    no convertir en realidad mis sueños.
    Queda prohibido no demostrarte mi amor,
    hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
    inventarme cosas que nunca ocurrieron,
    recordarte sólo cuando no te tengo.
    Queda prohibido dejar a mis amigos,
    no intentar comprender lo que vivimos,
    llamarles sólo cuando los necesito,
    no ver que también nosotros somos distintos.
    Queda prohibido no ser yo ante la gente,
    fingir ante las personas que no me importan,
    hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
    olvidar a todos aquellos que me quieren.
    Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
    no creer en mi dios y hallar mi destino,
    tener miedo a la vida y a sus castigos,
    no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
    Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
    odiar los momentos que me hicieron quererte,
    todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
    olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
    Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
    pensar que sus vidas valen más que la mía,
    no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
    sentir que con su falta el mundo se termina.
    Queda prohibido no crear mi historia,
    dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
    no tener un momento para la gente que me necesita,
    no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.
    Alfredo Cuervo Barrero

    Me gusta

Deja un comentario