Hacia la desobediencia civil


Resulta difícil valorar qué es lo más correcto en situaciones límite. El Estado del Bienestar tiene sus propias contradicciones y a veces, resulta que también es partícipe en ser creador de escasez, sobre todo en tiempos como los que vivimos. Las fórmulas keynesianas no son perfectas, se ha demostrado que el modelo de protección social sufre una crisis postmoderna que supone un reto importante. Si no existen políticas sociales adecuadas a cada tiempo, la democracia carece de sentido argumental. La redistribución de la riqueza debe atender a las necesidades de los ciudadanos para que además, estos se sientan solidarios con los demás y responsables con sus prójimos. Pero, ¿qué ocurre cuando fallan los mecanismos de solidaridad? Existen sectores muy privilegiados que no atienden a los problemas de la cada vez mayor clase desfavorecida. Su egoísmo social pasa por la ignorancia de esos problemas. Cuando el Estado, que es el regulador de los principios de solidaridad y bienes social, no solo falla sino que se convierte en un depredador para asegurar su propia supervivencia, la sociedad afectada, la sociedad civil, se convierte en un caldo de cultivo para que la desobediencia empiece a desarrollarse e incluso a organizarse. Es entonces cuando las teorías de anarquistas como Thoreau empiezan a tomar forma. Negarse a cooperar con un Sistema injusto son los principios básicos de estas ideas. Y así, como algún día dijo Martin Luther King releyendo la obra de Thoreau, “quedé convencido de que la no cooperación con el mal es una obligación moral en la misma medida que lo es la cooperación con el bien. Somos los herederos de un legado de protesta creativa”. La acción trituradora del Aparato, del Sistema, no se detiene. Necesita sobrevivir para poder alimentar a sus zánganos. Y mientras esto ocurre, una guerra oculta nace de entre esos cuatro millones de parados que ven como el Estado del Bienestar los abandonan a la mínima de cambio. Sin trabajo, pronto sin casa por no poder pagar la hipoteca, sin esperanza y sin futuro, será inevitable que la sociedad civil se organice. Y así, su desobediencia no sólo será legítima, sino que además aconsejable para que el cambio hacia algo mejor se consuma de una vez.

3 respuestas a «Hacia la desobediencia civil»

  1. El otro día estuve leyendo que el 20% de la humanidad, consume lo mismo que el 80% restante. Unos tan poco y otros subsistiendo miserablemente.

    Por ese motivo y como modo de protesta, milito mentalmente como Anarquista-Conservador. Desde la protesta creativa, sigo mis pautas de conducta… las de un «anarquista posibilista» que he ido haciendo mi pequeña contribución desde dentro del mundo del Arte.

    Como conocí durante treinta largos años en activo, el otro lado de la moneda; ese que solo pueden entender los que aprenden las técnicas bancarias en todas sus extensiones; salió una moneda perfectamente acuñada con su cara y con su cruz. Experiencias vivas…reales e irrepetibles.

    Sigo opinando que no hay que tomarse a uno mismo demasiado en serio…no vale la pena. Somos un simple latido en la historia de la Creación.

    Os dejo un vídeo en donde el humor irónico de los geniales Monty Phyton, puede que consiga una sonrisa de quienes lo visionen:

    Rafael

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    1. Muy bueno el video, gracias.
      No hay que perder bajo ningún concepto la sonrisa, es una de las mejores terapias, la risa refuerza el sistema inmunológico.

      Me quedo con los Griegos…

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  2. Vivimos en un mundo que consume demasiado, que quiere tener lo que no puede ni necesita.
    Es buen momento para desprendernos de tantas cosas innecesarias.
    La sociedad civil tiene que organizarse, pero quieren hacerlo?

    La estructura del mundo como se encuentra montada no funciona, solo funciona para los que ejercen el poder sobre los demás.
    No hay justicia, solo hay mandatos, ordenes, hay que acatar, es cierto que es el momento de hacer algo, de actuar. Es complicado hay demasiado que desmontar, y no es fácil.
    Mi teoría es que cada uno lo haga en su parcela, en su entorno, con el ejemplo, dando pasitos, pero de verdad.
    El Sistema político a nivel mundial no funciona, hay que cambiar toda la estructura, por dónde comenzar?
    Seremos capaces de tener humildad?
    Seremos capaces de ayudarnos unos a otros, de olvidar las envidias, las rencillas particulares.
    Seremos capaces de enviar el mensaje adecuado?
    Seremos capaces de transmitir de verdad?
    Seremos capaces de dar por dar, sin esperar nada a cambio?
    Difícil, muy mucho.
    Repasemos la historia y nos daremos cuenta que se repite todo hasta la saciedad.
    Hay que responsabilizarse del propio destino, de tu propia existencia y todo lo que ello conlleva.

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