No puedo evitar remitirme a la historia para describir con hechos pasados, hechos presentes. Berenguer Ramón II fue apodado el Fratricida por supuestamente haber sido el instigador de la muerte de su hermano gemelo, con el cual se disputaba constantemente tierras, palacios y condados. Como si nada hubiera cambiado, ¿verdad? Al morir su hermano asesinado en un bosque mientras cazaba, quedó como amo y señor del condado de Barcelona, y por lo tanto, de su bonito palacio y sus bonitos honores. Todo esto no le duró mucho. Siendo preso dos veces por su enemigo el Cid Campeador, el cual trabajaba a sueldo por esa época para las taifas moras, fue considerado culpable del asesinato de su hermano Según las costumbres de la época, decidió partir a las cruzadas donde murió exiliado.
Parece que los tiempos cambian, pero las formas se repiten. Pensaba en esta historia de los condes de Barcelona cuando recordé las palabras, orgullosas y señoriales, del ilustre Felip Puig con respecto a los desalojos del 27M en la plaza de Cataluña. Un titular periodístico lo señala de la siguiente manera: “El conseller de Interior de la Generalitat saca pecho de la actuación policial contra los ‘indignados’ del pasado 27 de mayo en Plaza Catalunya”.
Me niego a creer que un político honrado como el señor Puig se sienta orgulloso de lo que ocurrió el 27 de mayo. Más bien se sentirá decepcionado y avergonzado por no entender lo que realmente estaba pasando. Y cuando dijo la ya su frase célebre de “fui el único que entendió lo del 27, ¿no?«, se estaba refiriendo seguramente a otra cosa.
En todo caso, y sin duda, ha actuado como un auténtico fratricida al estilo de Berenguer Ramón II, condesito de Barcelona. Cualquier estadista con dos dedos de frente se habría dado cuenta de lo que está pasando realmente, a no ser que fuera un Cid que campeara alegremente a la búsqueda del mejor postor. Y ahora no importa si el mejor postor es Adigsa y su famoso 3%, que según sus pobres promotores de 3% nada, sino 20% a repartir entre la mafia catalana. O el mejor postor sea la Generalitat, de la que viene viviendo sin que se le conozca más oficio y beneficio que ese casi toda su vida.
Señor Puig, con todos mis respetos, que el único que no entendió lo que pasaba el 27M fue usted. Que de aquellos lodos vinieron estos barros, y que cuando usted llegó al Parlament en helicóptero estaba ya siendo juzgado por la corte de Alfonso VI de León, la misma que juzgó mediante una “justa” al mismísimo Berenguer Ramón II, conde de Barcelona, el cual murió en las cruzadas. Y políticamente hablando, señor Puig, usted acaba de morir en esta otra cruzada. Así que vaya buscando un nuevo taifa moro, porque aquí ya no se le quiere, ni a usted ni a los políticos como usted que carga hermanos contra hermanos, policías contra paisanos. Que eso se hacía antes, con Paquito Franco, para mantener a ralla a rojos y masones. O vuelva en todo caso a su “FPG Enginyeria, Estrategies, Gestió i Desenvolupament, SL”, empresa que según las malas lenguas… En fin, no sigamos porque no hay por donde cogerlo…
