
La frase de origen romano encabezan la firma que tiene una amiga en sus mails: “el destino conduce al dócil y arrastra al desazonado”. Y me produce cierto escalofrío, especialmente ahora, cuando pronuncio la palabra destino. Especialmente ahora porque es una evidencia que me encuentro en un interesante cruce de caminos donde debo elegir, si no lo estoy haciendo ya, qué camino de mi vida tomar. Y realmente me siento dócil porque internamente creo en cierto destino, en cierta predeterminación de deberes que hay que cumplir y de obligaciones que atender. Y el universo se encarga de poner nuestros maestros para que aprendamos, para que razonemos nuestros comportamientos y actitudes con los demás y podamos crecer como personas. Tenemos la opción de huir de ellos, de salir corriendo hacia otra parte, de mirar lejos de lo que tenemos aquí, en nuestra realidad inmediata. Pero ese escapismo es peligroso porque luego el universo te recompensa con más dureza. “Quizás estemos con la persona equivocada”, podríamos pensar. O en el trabajo equivocado, o en el lugar equivocado. Pero el Universo es sabio y no se equivoca, y nos da siempre aquello que necesitamos para avanzar. En nuestro poder de decisión, en nuestro poder de libre albedrío está el ser dócil a ello y abrazarlo para aprender o el ser un desazonado y ver como nuestras vidas son arrastradas hacia uno y mil infiernos. De ahí que la docilidad y la aceptación también puedan ser, desde una perspectiva amplia, increíbles herramientas de emancipación. Al ser dóciles al destino, quizás nos estemos convirtiendo en útiles instrumentos del mismo…
Muy buena reflexión y nada fácil su conclusión.
Supongo que si en el presente nos planteamos si es correcto lo que estamos haciendo debe haber algo que no acaba de encajar, de otro modo no nos lo plantearíamos, aunque estuviéramos equivocados porque el equivocarse tampoco va siempre precedido de dudas… no sé si es complicado o nos lo complicamos nosotros 🙂
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A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
Jean de la Fontaine
Suerte
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TAL VEZ SOLO SEA UNA PAUSA, EN EL VERANO Y DESPUES TODO SURGIRA.
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Y como dijo célebremente Krishnamurti : ‘Tú eres el mundo’. Así, lo que pensamos acerca de las cosas, nos cambiará a nosotros y al mundo en el que vivimos.
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¿Nos vigilan?
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desde la tierra tambien
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