Por la ventana de la biblioteca puedo ver un espectáculo de naranjos cargados de frutos. Las campanas redoblan. Alguien ha muerto. Los más ancianos empiezan a rodear el portón de la Iglesia mientras el sol andaluz golpea fuerte los pavimentos de la plaza.
Detrás mía está la librería cargada con la obra senequista que durante estos años hemos creado. También antiguos libros de historia local del siglo XIX que doné cuando en aquellos tiempos había dinero para hacer ese tipo de cosas.
Los tiempos han cambiado. La biblioteca ya no tiene wifi, así que puedo conectarme gracias a la amabilidad de los que regentan sus cuatro paredes de cultura, los cuales me dejan un cable para escribir algo rápido. Dicen que quitaron el wifi porque al parecer alguien accedía a los secretísimos archivos dela biblioteca. Yclaro, eso debe ser algo terrible, por eso el nuevo gobierno ha quitado el wifi. Qué cosas. Eso me recuerda cuando llegué por primera vez a este pueblo hará unos cuantos años. La primera noche, con el coche cargado de maletas y libros, me acerqué con mi pequeño ordenador para aprovechar el wifi y contestar algunos correos. A los pocos minutos, alguien llamó ala Guardia Civil, que tras un intenso interrogatorio, se quedó algo asustada por ver a un forastero en un coche extraño (los híbridos apenas se veían en esos tiempos) con un ordenador extraño (un portátil de última generación que parecía una máquina de otro tiempo).
Pero como digo eran otros tiempos. Ahora suenan las campanas. La muerte ha vuelto a rondar. La biblioteca está vacía. Hay un silencio sepulcral que invita a sumergirse en los recuerdos. Esta tarde, si las campanas nos dejan, a pocos metros presentaremos un nuevo libro senequista, el noveno de la colección Furnûyulush. Será a las ocho. En el cine. Porque los libros ahora se presentan en los cines. Quizás sea porque en la biblioteca haya un exceso de secretos por desvelar, y por eso no hay wifi, ni presentaciones. Dios salve a la cultura. Dios salve al espíritu del hombre.

Que vaya muy bien la presentación!
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La biblio sin wifi?, volvemos a la Edad Media, a ver si convencemos al señor feudal para que vuelva a tener wifi, o pensaran que lo utilizaremos como un arma en su contra?
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