Es evidente que algo está cambiando en las consciencias. O quizás no sea exactamente así, quizás en 1789 no había cambiado nada, pero algo tuvo que pasar para que cierto despertar derrocara al absolutismo. Y ahora de nuevo sentimos que un nuevo absolutismo arcaico está a punto de derrumbarse. Y quizás no despertemos a nada y sigamos siendo igual que ayer, pero algo pasa, o algo pasará, e inevitablemente habrá un cambio.
Cuando observamos las noticias vemos como cierta adormidera nos protege de la realidad. Veo la vida de personas cuyo único interés se entremezcla entre su ombligo y su necesidad de ser contemplado por los otros como algo bello y útil. Dedican su vida a maquillar sus caras para esconder quizás la miseria interior en la que viven. Y mientras, otra media humanidad se retuerce de dolor, como el video que hoy me han mostrado de una terrible lapidación donde una mujer era apedreada hasta la muerte por cientos de hombres que grababan con el móvil la terrible escena. Casi vomito porque de alguna forma, esta sociedad podrida en la que vivimos también está siendo apedreada hasta la agonía más mísera.
Aún no nos damos cuenta, pero algo está sucediendo. Algo terrible y hermoso a la vez. Algo que más allá de nosotros mismos trascenderá en la historia humana. Seremos testigos si queremos y sobrevivimos, pero sobre todo, algunos, los más afortunados, serán protagonistas.

Sublime
Me gustaMe gusta
Pero esa revolución que debe venir no llegará si no la provocamos porque, como anuncia el bocadillo de la viñeta, está desautorizada.
Me gustaMe gusta