El manejo de las energías


Constantemente manejamos energías. Esto supone una gran responsabilidad de la que somos totalmente inconscientes. Es difícil saber desde qué centros esas energías surgen y se expanden. Sabemos por experiencia que una buena alimentación produce un buen riego sanguíneo en nuestro cuerpo y por lo tanto una buena salud física. Sabemos también que el cuerpo está “vitalizado”, “animado” por algo que le da vida. Algunos lo llaman cuerpo vital. Esa vitalidad da movimiento y hace crecer nuestros cabellos, produce lágrimas y secreciones y es capaz de dotarnos de sentidos para relacionarnos con el mundo exterior. Pero, ¿de qué se alimenta ese cuerpo vital, etérico? Ayer lo hablábamos mientras subíamos por la montaña. Y notábamos que ese cuerpo sutil podría alimentarse de los rayos del sol, de la respiración y el aire que entra por nuestros pulmones, del agua limpia y cristalina y de la energía de los alimentos. A cada paso éramos más conscientes de esa realidad, porque de alguna manera, el cuerpo reacciona de forma diferente cada vez que respiramos profundamente, caminamos en consciencia bañándonos con los rayos del sol y bebiendo de las fuentes de la vida.

Los sabios de todos los tiempos identificaban esas energías y sus centros. La medicina china trata de ellos con toda normalidad e intenta reconocer sus ritmos y esencias, su vibración y actividad. Una buena corriente de energía provoca inevitablemente una buena salud.

Pero nuestro organismo es más complejo aún. Los antiguos sabían y diferenciaban las diferentes corrientes de energía que nos mantienen saludables. Sabían identificar las energías del cuerpo físico y las energías del cuerpo vital o etérico. Pero también diferenciaban las energías del cuerpo emocional y las del cuerpo mental. Y todas ellas, en su conjunto, de forma holísitca, cumplen la función de mantenernos con vida y, en la medida que seamos capaces de mantenerlas en correcta circulación, con buena salud.

Para los sabios antiguos, el poseer un disciplinado uso de las energías, de todas ellas, provocaba lo que se conoce como “los liberados dentro de la prisión”, una especie de despertar hacia otra visión distinta de la vida y de la existencia. Una sabiduría que nos permite contemplar lo más profundo del mundo de las causas.

Sea como sea, es hermoso pensar en estas cosas y compartirlas, como hice ayer con J., en las extremidades del bosque y la montaña.

2 respuestas a «El manejo de las energías»

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