El poder del Silencio o el de la Palabra Perdida


«No creáis que he venido a traer la paz; no he venido a traer la paz, sino la guerra.
Porque he venido a poner discordia entre el hijo y el padre, entra la hija y su madre, entre la nuera y su suegra; de modo que tendrá cada uno por enemigos a la gente de su propia casa…»
San Mateo 10, 21-34 y 10, 35-11, 5

A veces la realidad resulta aplastantemente abominable. El príncipe Siddhartha pudo comprobar como su palacio era solo una traición a la verdad, una ilusión levantada a costa del engaño y la esclavitud de muchos seres. Es por ello que renunció desengañado y desesperado a su ilusión y escapó al mundo real.
Nos gustaría gozar de un mundo bello, pacífico y cargado de amor. Nos gustaría poder mirar al prójimo a los ojos y expresar agradecimiento por todo cuanto posee de bello.
Vivir en la pacífica ignorancia nos llena de felicidad y admiración por todo cuanto nos rodea. ¿Pero qué ocurre cuando la vida te arroja fuera de palacio y puedes observar el otro lado del espejo? ¿Cuál es nuestra obligación moral? Callar, morder la lengua y retirarnos a un lugar tranquilo donde nadie nos moleste y donde no podamos molestar, o denunciar vivamente la injusticia, la mentira y la falsedad?
Durante un mes de necesario silencio he reflexionado sobre estas cosas. Podía ser, con mi silencio, cómplice de la gran mentira. Nada hubiera pasado. Un puñado de hombres y mujeres seguirían su curso normal sin cuestionarse si la verdad está ahí afuera, o todo es producto de un gran engaño. Ingenuos, dóciles, mansos, obedientes, sumisos, hubiéramos sido arrastrados por esa insensata sensación de amargura cuando descubrimos la pérdida de tiempo y energías sosteniendo un engaño.
Pero el corazón late con fuerza, con necesidad y urgencia por actuar. Los tiempos reclaman que se deje de crucificar a aquellos que deseen arrojar luz al mundo, a aquellos hombres y mujeres de buena voluntad que desean actuar no por interés propio o egoísta, no para salvarse a sí mismos, ni para perpetuar venganzas sobre aquellos que los arrojaron del poder y del sistema. No hay mayor enemigo que el ‘status quo’ al que pertenecemos, que, al igual que el pueblo del sanedrín colonial que mandó crucificar al ungido, nos llevará sin dudarlo ante la pila de la ignorancia. Ahora decidme sinceramente, ¿es mejor utilizar el poder del silencio y ver pasar los hechos hasta que cada uno porte su propia cruz o mejor tender la mano y la luz que pueda arrojar la visión del otro lado del espejo? Ser o no ser, esta es la cuestión… ¿qué es más noble para el corazón?

7 respuestas a «El poder del Silencio o el de la Palabra Perdida»

    1. La verdad es aún más terrible, así que de momento me la reservo, porque si la sacara, muchos irían, como mínimo, a la cárcel, y mis piernas, por no decir otra cosa, correrían aún más peligro… La mafia actua así: o estás con nosotros o contra nosotros…

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  1. Escucharlo, lo más noble para el corazón es escucharlo…pero;
    «Ama y haz lo que quieras; si te callas, calla por amor; si hablas, habla por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor; ten la raíz del amor en el fondo de tu corazón: de esta raíz solamente puede salir lo que es bueno.»
    PD,Desconozco el autor/a, pero me ha parecido oportuno

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  2. Esta pregunta te la van a contestar de dos maneras como siempre pasa; unos querrán que hables para ver satisfecho el propio juicio que se ha hecho de lo acontecido, otros en cambio, por la misma razón querrán que calles para que su ilusión no se rompa. Tanto unos como otros esperan algo de ti que se adapte a sus intereses, a su morbo, a su curiosidad.

    ¿Que puedes hacer tu? permite que sugiera algo; Salta del círculo, abandona el residuo sombrío , si te das cuenta, detrás de este círculo hay una sombra, siempre la hubo, una sombra que se extiende y no trae nada bueno para nadie. Si te fijas, desde los comienzos del círculo siempre hubo constantes conflictos; yo defiendo a este, luego al otro, me peleo con aquel, me uno a estos… Si uno abre los ojos puede ver claramente como la discordia está detrás, puede ver una energía abominable que separa a la gente. Ya dura demasiado.

    Políticamente no me gusta el partido en cuestión, igual estoy equivocado. No voy más allá. Y no es necesario ir más allá, quizás tu te veas en la obligación de hablar, pero no creo que el hablar aclare nada, más confusión si cabe. Sin embargo hay algo contundente que se expresará a todo el que quiera oir; los frutos del día a día.

    La continua batalla va a seguir por un tiempo; quizás sigas escribiendo, unos seguirán reprochando tu actitud y otros empujándote a seguir ¿Pero que más da?

    ¿Que hacer? ¿Tu crees que a tu corazón le importa si callas o hablas? Tu corazón quiere latir, sólo eso, no entiende de partidos, revueltas, sociedad civil y responsabilidades intelectuales. El corazón sólo quiere latir, vivir. Ver el azul de la mañana, la tremenda belleza que esconde una montaña, el café con el amigo…

    Y dirás ¿Pero por que no hablar? porque todo el mundo tiene derecho a ser ignorante, a permanecer un tiempo en la sombra y a persistir en la amargura. Se tolerante con la ignorancia de otros, por otra parte es tan necesaria para que los errores salgan a la luz. No pierdas tu valioso tiempo intentando enderezar la vida de otros por mal que te parezca, deja al país que siga su camino, es necesario caer para saber que es el equilibrio. Estamos cayendo, y créeme no es tan malo. No te juzgues tú, tambien tienes derecho a equivocarte, todos aquí tenemos este derecho, no fustigues tu alma y aléjate completamente del círculo. Abraza otra cosa nueva. No te mires con palabras.

    Ya se que me tomo la libertad de sugerir, pero es que veo los campos, las flores, las montañas y el aire fresco y ninguno habla de nada que no exista. No hay preocupación por fundaciones, partidos, sociedades, etc. Cada elemento de la naturaleza se preocupa por su instante vital. El hombre salió de la naturaleza y se introdujo en el mundo de los ideales y desde entonces no sabe que debe hacer el corazón.

    Pienso que uno debe dejar que la sociedad tal y como está fermente en si misma, que siga su proceso de putrefacción y que el curso de la vida se instaure. Lo demás son cuentos. Nadie sabe como arreglar esto Javier, nadie lo ha sabido nunca, mira las guerras, conflictos eternos milenios tras milenios, se probado de todo, diferentes religiones, gobiernos, ideologías, filosofías… La gente está extenuada, sin saber que rumbo tomar, está al borde de la locura, se tolerante con este hecho. Hacen falta orejas en el mundo, sólo escuchar. Tenemos que descansar. No inventar nada más, ni una idea más, que las mismas religiones terminen de fermentar, que lo que llamamos espíritu también fermente. En este momento hay que retirarse más que nunca, y no digo olvidar el mundo, el mundo es cada uno de nuestros actos, lo demás es mentira, la sociedad es un cuento. La sociedad es cada uno de nuestros actos.

    un abrazo.

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    1. Hermosas y sabias palabras querido amigo… He estado un tiempo contemplando la belleza del amanecer sin juzgar su pureza, leyendo en el libro de la vida sus palabras silenciosas y aprendiendo de la profundidad de las cosas sencillas. Pero a veces, cuando contemplas el mundo, te encuentras con esos niños hambrientos y esos avaros que siguen robando para engordar sus egos mientras dos calles más abajo, en cualquier esquina, el pobre muere. Y puedo seguir inmóvil al borde del camino contemplando sus florecillas o intentar, como mínimo, arrimar un trozo de pan al hambriento y agua al sediento. Ambas vías son nobles y están descritas en los antiguos comentarios. Mi naturaleza, de momento, me inclina hacia la segunda…

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  3. Me gustan las palabras de «avecesveopartidos», se nota que te aprecia y se agradece esa templanza.

    También digo que cuando se está dolido es mejor no actuar, esperar un tiempo prudente es aconsejable. Quizá tú ya has pasado ese tiempo prudencial y has decidido.

    Y no cabe duda que la decisión es difícil porque habrá quien piense como tu y quien piense lo contrario pues en todo siempre hay, como mínimo, dos partes, dos versiones y también es cierto que una de las partes saldrá más dañada (hablo de daño emocional).

    Una vez pregunté a M. que qué ocurría si alguien dejaba de ser coherente y no se daba cuenta de ello, me respondió que ese Alguien (la mayúscula la pongo yo) tenía un gran problema.

    Supongo que lo más humano en un caso así es ayudar a la persona con el problema a darse cuenta de su error o errores, otra cosa es que se abra a la ayuda. Y, por otro lado, si estamos dispuestos a ayudar a esa persona con problemas, también hemos de estar dispuestos a ayudar a posibles víctimas colaterales de ese problema. Pero, sinceramente, no sé cual es la forma adecuada para hacerlo.

    Todos los que por aquí andamos somos adultos y según este hecho estamos preparados para decidir por nosotros mismos y también para equivocarnos.

    Creo, Javier, que todo saldrá a la luz (sea bueno o malo) y espero que quien sea el más perjudicado tenga al lado al amigo que fue en su tiempo, ojalá no todo se desmorone y que haya una solución porque así nos mostraréis que nadie fue tan malo como para no arrepentirse y pedir perdón. Que el corazón más limpio venza, porque será a él a quien no se le caerán las vestiduras del honor por estar y volver a apoyar a su amigo de antaño.

    Un abrazo Javier.

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