He visto niños morir de hambre en África, y madres llorando en la India, en la calle. Más allá de las montañas de Altai vi niñas pastoras y nómadas acarreando cien mil años de historia. He visto como sacrificaban a pueblos enteros anegándolos ante la amenaza nuclear allá en la temida Castor, en Alemania. He visto brillar el sol en los templos de la antigua Grecia, cerca de la puerta de la eterna acrópolis que ahora llora desolada. He participado en fogatas llenas de llamas más allá de las Tierras Altas de Escocia, y he dado de comer a niños hambrientos cerca de muros medievales. He cuidado a ancianos moribundos y decrépitos que rogaban por un trozo de vida mientras golpeaba con intensidad la rabia acumulada ante la impotencia de la locura del otro. He abrazado a hombres derrotados, sin trabajo ni futuro y he visto como lloraban a escondidas cerca de los ríos y lagos. He visto como ante la precariedad unos se robaban a otros aduciendo la necesidad de seguir manteniendo viva la plaga de la avaricia, la ambición y la mezquindad. He visto como amigos se convertían en enemigos y como hermanos se peleaban entre ellos.
Pero he visto también el brillo del alma, y la fuerza del corazón plagado de coraje, y la luz descendiente y el poder del esfuerzo y la trascendencia del ideal. He visto como desconocidos se ayudan y protegen y como lejanos los unos a los otros cooperan y se asisten. He visto florecer de la más oscura de las tierras la fe, la esperanza y la caridad como valor supremo. He visto como los arrodillados se levantaban y como los sumisos se revolvían. He visto como el fuego de la libertad, de la fraternidad y la igualdad volvían de nuevo a resonar entre tambores y aplausos. He visto manos levantadas como única arma y corazones ardiendo como única bandera. He visto, más allá de Orión, almas que venían al encuentro de otras almas para saludar al nuevo día. Y veo, ahora, como yo también me levanto con el valor de vencer toda tiranía, la sutileza suficiente para atraer la luz ante la ignorancia y el cariño capaz de arrojar amor a todo aquel que lo necesite.

Aaaahhh, esas partes de la vida… cuánta belleza en la segunda parte. Genial.
🙂
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Precioso, Javier.
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Gracias Manué!!!!!! Ayer fallé en la cita de las calles, pero es que andaba haciendo la otra revolución… (uno no puede estar en todas)…
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No pasa ná. Yo hago bulto por los dos. 🙂
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gracias………………..a tu luz
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Maravilloso. Absolutamente. Gracias…
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