Ante de los tiempos nadaba el aliento.
Las selvas eran plenas, el bosque era el mundo.
Los olores eran delicados como el rocío.
El agua era el río.
Ante de los tiempos había un párpado.
El ser era arcilla y la tierra una ribera.
La aurora cantaba a la noche pura y el gallo al día.
La luz dorada.
Ante de los tiempos flotaba la estrella.
Las sirenas cantaban en la ola.
Los buques navegaban en la espuma.
El viento rozaba el labio.
Antes de los tiempos el cosmos danzaba.
Los niños soñaban desnudos.
Los hombres gozaban sencillos.
Las madres corrían por las orillas buscando estelas.
La vida era.
Todo eso ocurría ante de los tiempos.
Como un canto menudo y apresurado.
Como un murmullo al que le llega la hora.
Como un secreto púrpura que nace en la llama.
