Calma


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Esta mañana de tenor en el Nature Sanctuary de la comunidad de Findhorn

Venía de un calvario y llegué a un nuevo nacimiento, a un nuevo sentir, a una nueva línea de tiempo de paz y sosiego. Se hizo el trabajo mágico del alma. Se sanó la herida en el bautismo, bajo el agua, sumergido en la fría mar. El antakarana helvético sirvió para conectar ambos mundos, para recordar la urgencia del vivir. Su mano invisible me acompañó diligentemente, con suavidad, hacia el reino de la luz. Por eso nada más llegar, agradecido, creé un pequeño altar con su carta manuscrita donde resalta la palabra “magia” como centro de todo. Organicé la mesa de trabajo acompañada de algunos hermosos fetiches… Su carta manuscrita, un trozo de muro de Jerusalem, una piedra del mar de Galilea y una flor del monte Tabor que me regaló en un hermoso paseo… Materia, vida y pensamiento que juntos recuerdan hermosos momentos cargados de amor.

Desde mi ventana puedo ver las aves migratorias que van y vienen de un lado para otro. Por la noche hacen un especial ruido, intentando despertar al mundo para recordarle que todo cambia, que todo continua. Fuera de estas blancas paredes decoradas con maderas nobles se siente el frío ártico. Ayer di mi primer paseo por la bahía mientras recordaba mi primer viaje en el invierno del 2007. Allí empezó todo. Allí el cambio se apoderó de mi vida para siempre. Por eso le tengo un especial cariño a este lugar y por eso, siempre vuelvo para agradecer la transmutación sufrida y para recordar, sobre todo para recordar cuando el olvido se apodera de mi vida.

Me levanté temprano y medité en silencio. Aún de noche, al alba, a dos luces, llegué hasta el Nature Sanctuary donde todas las mañanas se hace un hermoso círculo alrededor de una vela encendida para cantar en comunión canciones de Taizé. El mundo devocional que puede inspirar estas canciones ayudan para ensanchar el corazón, para llenarlo de alegría, compasión y calma. Los beneficios de cantar en grupo nos acercan a ese equilibrio de paz tan necesario en el mundo. Paz en los corazones, amor perpetuo para la vida. Hay sonrisas y miradas cómplices entre los tenores, los bajos y las soprano y contraltos. Se respira un ambiente dulce y amable, lo cual ayuda a empezar el día con una alegría interior hermosa y necesaria. El canto devocional eleva nuestras miradas hacia la vida del alma, y el alma, agradecida, nos abraza desde el lazo místico.

Nada más terminar, algunos marchamos al Sanctuary de meditación, al otro lado de la comunidad, justo en frente de la caravana original. Tras ensanchar el corazón mediante la práctica devocional, toca ensanchar la mente sin límites ante la práctica de la meditación silenciosa. Abrazados al alma, partimos al encuentro del Espíritu Universal, el Absoluto que se encuentra en todas las cosas y en todos los seres vivientes. Es entonces cuando se abre la visión sobre las cosas invisibles. Un corazón alegre acompañado de un intelecto despierto y vivo, con ganas de aprender y comprender, es lo mejor para empezar la jornada y comprender desde la profundidad de las cosas qué hacemos aquí y porqué estamos en este misterio cósmico. Nuestro cuerpo, que no deja de ser un templo labrado en honor de la vida, alberga todo aquello que nos reconecta con nuestra esencia más infinita. Honrar al cuerpo es honrar a la vida, es honrar el Misterio.

Calma, mucha calma interior siento en estos momentos de paz, sosiego y alegría. Necesitaba este silencio, este lugar y esta práctica para volver a mí, para retomar mi centro, para equilibrar mi vida. De alguna forma me estoy salvando. Estoy salvando el mundo dentro de mí para así poder ayudar a salvar al mundo que se expresa a mi alrededor. Calma, sosiego. Andaremos y veremos. Inevitablemente.

  • Gracias de corazón por apoyar esta escritura y este sostén diario…

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3 respuestas a «Calma»

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