Hay que vivir esta vida


© @kristofobry

«Una cosa he aprendido: que hay que vivir esta vida. Esta vida es el camino, el más buscado, el camino hacia lo incomprensible, que llamamos divino. Yo encontré el camino correcto: me condujo hacia ti, mi alma… » Carl Gustav Jung

Sin duda no nos queda otro remedio que vivir la vida, a poder ser vivirla con intensidad, con drama, con pasión. La vida a veces es una odisea, una comedia, un infortunio, un ímpetu, un entusiasta ardor, una fogosidad, una exaltación sublime, un efervescente enardecimiento. La vida es una, al menos la vida que conocemos, la vida que encarnamos en este instante. Podemos poseerla o podemos ignorarla, podemos sentirla en toda su crudeza y esplendor o hacer como si no hubiera nada, como si solo hubiera una especie de melancólica rendición ante los hechos fortuitos del diario devenir. Podemos metamorfosear cada relación con la vida. Sentir esa posesión vital que nace del sol, de las estrellas, posiblemente de Alfa Centauro o Sirio o las Pléyades o más allá de todo el mundo conocido.

Hay que vivir esta vida porque no sabemos qué nos depara después. El eterno silencio o la esperanza de la resurrección, la parca oscura o el renacer en otro cuerpo, en otra circunstancia, en otra experiencia, en otra dimensión. Realmente no sabemos nada aunque nuestra razón se incline en atrapar esperanzas de futuros mañanas. Realmente vivimos como si fuéramos eternos, pero esta vida es una, limitada, reducida, atómica.

¿Cómo queremos vivir esta vida? En un perpetuo drama de tristeza o en un loco y apasionado arrebato de urgencia. Vivir es urgente, no lo neguemos. Mañana nos levantamos, o no. Mañana respiramos, o no. Mañana, mañana, mañana quizás no existamos porque algo falló, porque algo terminó, porque algo dejó de rendir cuentas al Absoluto. Es hoy cuanto realmente importa. Hoy respiramos, hoy amamos, hoy nos entregamos sin duda a la vida. ¿Qué podemos esperar de mañana, y de esas almas que siempre postergan todo a un futuro indefinido e incierto? Es hoy cuando debemos hacer el amor, cuando debemos gritar de pasión, cuando debemos correr tras los árboles para ver amaneceres imposibles en un acantilado verde.

No, no es mañana la vida, hay que vivir esta vida con prisa, con urgencia, con arrebato, con apremio y acelerada visión. En un mundo mitómano, psicópata y narcisista, ese mundo mentiroso que decían los antiguos, lo único válido y real es que la vida es aquí y ahora. Hay que vivir esta vida con verdad, con absoluta entrega, con urgencia, rindiéndonos a toda su grandeza y misterio.

Gracias de corazón por apoyar esta escritura…

donar

Deja un comentario