El Hombre-Basura


Acabo de llegar de África. Estoy a las afueras de Madrid, en un
restaurante basura donde como comida basura producida por una sociedad
basura antes de seguir mi viaje hasta La Montaña. El viaje ha sido
impresionante. Qué puedo decir? Después de ser abrazado por casi dos
mil quinientos niños llenos de alma y generosidad no me quedan
palabras. Así que seguiré comiendo mi basura mientras contemplo a mi
izquierda a los otros niños, los de aquí, gorditos ellos, pero
vacíos, inmensamente vacíos. Somos lo que comemos. Aquí comemos
basura y eso somos. En África no comen, por eso sus ojos están más
cerca de Dios.

Desde Addis Ababa, Ethiopia


La capital y el norte del país es verde y hace algo de frío. Llegamos
ayer bien tarde y tras dormir cinco horas nos preparamos para viajar
al sur, hasta Zway, donde la pobreza es más extrema. Los etíopes son
muy hermosos y amables y sus mujeres, altas y hermosas podrían ser
perfectamente modelos. La comida escasea, incluso en este hotel donde
hemos pasado la primera noche. La capital no es muy sucia y por la
noche, a diferencia de otros países como la India, no hay ni un alma.
Seguimos la aventura…

Ensayando en el embarque


Anita ha venido a despedirse al aeropuerto y ha sido un bonito regalo
antes del viaje. Gestos de buena voluntad y amor que esperamos poder
transmitir a los dos mil niños que nos esperan… No podré escribir
mis memorias de África hasta la vuelta… Que todo sea bonito y hasta
la vuelta…

Mi equipaje para Etiopia


Koldo dice que parezco un franciscano, por lo de la austeridad incluso
en la pequeña "maleta"… Algo de razón lleva… Es bonito viajar
ligero de equipaje, sobre todo si con ello tienes mas espacio para
medicamentos. En mi caso, como no llevo maleta, los cuarenta kilos que
me corresponden serán íntegros para África…

El vagabundo


Uno puede pasar frío durmiendo en la calle y calor en un palacio. Hoy
toca calor para no preocupar en exceso a los que creen que me equivoco
a mi manera. Así que dormiré en una cama junto a una moderna chimenea
regulada por mando a distancia, sin olvidar el frío de la calle que
millones de seres sienten como yo sentí anoche, de forma voluntaria y
caprichosa. A cuento de chimeneas, Joaquin me preguntaba sobre la
necesidad laboriosa de mantener en Alemania los fuegos encendidos a
base de leña con el trabajo que eso supone. La chimenea con mando a
distancia que ahora disfruto me ha dado la respuesta. No he encontrado
en ella el placer intenso de poder oler a leña quemada, ni el crujir
mágico de sus trocos. La chimenea moderna sin duda es más limpia y
cómoda, pero carece de vida, de magia, de amor. Por eso añoro
aquellas laboriosas chimeneas alemanas, aquel verdadero y puro
calor… Pero esto solo son palabras de un pobre vagabundo…

La Florida


Este lugar de Madrid me recuerda a Alemania… Todo tan verde y
ordenado… Tan lleno de espacios… De color…

La abundancia de vivir bien


A dos días del viaje a África intento acostumbrar a mi cuerpo, pero
sobre todo a mi consciencia, a la amplitud de la escased. Esta noche
he preferido dormir en el coche. Me siento libre al hacerlo, me siento
un vagabundo errante. En África posiblemente no tendré ni coche para
dormir. Aquí vivimos muy bien, y nos podemos permitir estos pequeños
lujos… Allí el único lujo será poder hacer reír a los niños…

El loco de la fuente


Me gusta hablar con los vagabundos. He visto uno cerca de la fuente y
me he sentado a su lado. Nos hemos presentado. Yo como Javier y él
como un poeta fracasado. Hemos hablado de la cotidianidad del fracaso
en tiempos de crisis. Mientras se marchaba mojándose las manos en la
gran fuente, pensaba con tristeza en el fracaso del producto humano…
Buen viaje poeta…