Llevo un rato en Madrid y ya me siento extraño… Me estoy empezando a acostumbrar a eso de sentirme extranjero en todas partes… Es lo bueno o lo malo de ser un apátrida que nació en un lugar por omisión de otro, o como diría Mario, el propietario de este despacho desde el que ahora escribo: me nacieron. Mañana importante firma con importante grupo editorial para importante proyecto editorial. Espero que todo salga bien y este proyecto nos saque de la sequía en la que estamos instalados desde que empezamos la aventura de editar libros, que para nosotros, es la aventura de editar sueños e ilusiones. He estado con Jaime, el traductor de uno de nuestros libros y el amigo y ya, en el rango de la familiaridad simbólica, hermano Joaquin. Hemos hablado de lo divino y lo humano y ha sido un hermoso encuentro. Me llevo de recuerdo copia de muchos de sus artículos publicados en diarios como Expansión… Espero que siga haciéndolo, porque son realmente buenos y trabajados. Ahora un rato con Mario y más tarde, para la cena, encuentro con Luis… Y mañana más encuentros y vuelta a La Montaña, donde me espera el reto de sobrevivir un mes más…
Muchísima energía, para tan grandes proyectos…
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Gracias por tu visita hermano Javier!Dile al Luis ese con el que vas a cenar que ver si nos visita en el blog de vez en cuando…
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Animo y mucha fuerza ¡¡ los libros son necesarios, nos queda la palabra. Un abrazo
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Consuelo. me alegra verte aqui!
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lo mismo digoun abrazo, JoaquínConsuelo
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