Don Genaro se acostó de espaldas y empezó a patalear en el aire. Por un momento pensé que reiniciaba su inquietante payaseo, pero él recuperó de inmediato su postura anterior, sentado con las piernas cruzadas.
-Hay algo que ya por ahora debías tener en cuenta -dijo don Juan-. Yo lo llamo el centímetro cúbico de suerte. Todos nosotros, guerreros o no, tenemos un centímetro cúbico de suerte que salta ante nuestros ojos de tiempo en tiempo. La diferencia entre un hombre común y un guerrero es que el guerrero se da cuenta, y una de sus tareas consiste en hallarse alerta, esperando con deliberación, para que cuando salte su centímetro cúbico él tenga la velocidad necesaria, la presteza para cogerlo.
«La suerte, la buena fortuna, el poder personal, o como lo quieras llamar, es un estado peculiar de cosas. Es como un palito que sale frente a nosotros y nos invita a arrancarlo. Por lo general andamos demasiado ocupados, o preocupados, o estúpidos y perezosos, para darnos cuenta de que es nuestro centímetro cúbico de suerte. Un guerrero, en cambio, siempre está alerta y duro y tiene la elasticidad, el donaire necesario para agarrarlo.»
-¿Es tu vida dura y ajustada? -me preguntó de pronto don Genaro.
-Creo que sí -dije con convicción.
-¿Te crees capaz de coger tu centímetro cúbico de suerte? -me preguntó don Juan con tono incrédulo.
-Creo hacerlo todo el tiempo -dije.
-Yo creo que sólo te tienen alerta las cosas que ya conoces -dijo don Juan.
-Hay algo que ya por ahora debías tener en cuenta -dijo don Juan-. Yo lo llamo el centímetro cúbico de suerte. Todos nosotros, guerreros o no, tenemos un centímetro cúbico de suerte que salta ante nuestros ojos de tiempo en tiempo. La diferencia entre un hombre común y un guerrero es que el guerrero se da cuenta, y una de sus tareas consiste en hallarse alerta, esperando con deliberación, para que cuando salte su centímetro cúbico él tenga la velocidad necesaria, la presteza para cogerlo.
«La suerte, la buena fortuna, el poder personal, o como lo quieras llamar, es un estado peculiar de cosas. Es como un palito que sale frente a nosotros y nos invita a arrancarlo. Por lo general andamos demasiado ocupados, o preocupados, o estúpidos y perezosos, para darnos cuenta de que es nuestro centímetro cúbico de suerte. Un guerrero, en cambio, siempre está alerta y duro y tiene la elasticidad, el donaire necesario para agarrarlo.»
-¿Es tu vida dura y ajustada? -me preguntó de pronto don Genaro.
-Creo que sí -dije con convicción.
-¿Te crees capaz de coger tu centímetro cúbico de suerte? -me preguntó don Juan con tono incrédulo.
-Creo hacerlo todo el tiempo -dije.
-Yo creo que sólo te tienen alerta las cosas que ya conoces -dijo don Juan.
VIAJE A IXTLAN. Carlos Castaneda.
(Foto: Antonio, recordando la cita de hace unos días, me envía el texto exacto que reproduzco por su belleza. La foto es de una amapola que salió en el jardín semisalvaje que no soy capaz de dominar con tanto alboroto. Por cierto, hoy me he llevado una inmensa alegría al ver que las oscuras golondrinas han vuelto a mi casa con ganas de, un año más, alegrar mis días…La Montaña, marzo 2009)

Jonamu dijo:La suerte es como la parada del autobús: hay que estar en ella para poder subirte en él. Si no estás en ella, difícil será que puedas cogerlo. Hay que estar vigilantes y despiertos.Pero también es verdad que la suerte es más fácil encontrarla si sales a buscarla, que si permaneces quieto.Un abrazo para todos.
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Hola caminante.Existe una leyenda budista en la que se dice que, durante un segundo en su vida, sólo durante un segundo, todos los seres humanos tienen la oportunidad de cambiar el mundo.El problema es que no sabemos qué segundo es. Y no sé si querría saberlo.Así que prefiero pensar que hay segundos en los que la vida se reorienta de forma misteriosa, y no sabemos que ése misterio era el camino correcto hasta mucho después.Buenas tardes y buen camino a todos.
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Precioso texto!La suerte,esa dama escurridiza que nos sonrie desde lejos y nos tienta a confiar,creer o no creer esa es la cuestión.Para mi la suerte anida en nuestra alma y es la que nos susurra el camino a seguir en el momento exacto…Un abrazo!
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Lo que está claro, es que con una decisión tomada en un segundo, puede cambiar el rumbo de tu vida y con ello tu suerte…:)
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