Venganza


Esta mañana el amigo Jose me ha preguntado sobre la venganza. Tenía una posición clara al respecto: a priori, no. El me ha puesto un ejemplo hermoso: cuando tiras algo al mar, la marea se encarga de devolvértelo. Lo mismo ocurre con las cosas de la vida, por lo tanto, no merece la pena malgastar fuerzas en venganzas, litigios, denuncias, abucheos, … Si algo no ha ido bien con el prójimo habría que medir el motivo por el que hemos acabado mal en la relación. El noventa por ciento de las causas es por nuestra culpa. Algún error nuestro, algún exceso de confianza o de celo… Las causas pueden ser infinitas, y los asuntos pueden variar en naturaleza. Las injusticias suceden todo los días, y lo mejor que podemos hacer es buscar la forma de solucionarlas, a poder ser, de forma cordial y amigable, buscando la forma de ayudarte a ti mismo y de ayudar a la persona que por error o desesperación cometió la injusticia. La justicia ciega, interesada, comprada, no sirve para nada. No podemos tomarnos la justicia por nuestra mano, existen unos cauces, ya sean civiles o como en el ejemplo de la marea, metafísicos, es decir, cauces en los que la vida pone a cada uno en su sitio sin mayor explicación que la de ajustar a cada cual lo que le toca. ¿De qué nos sirve la venganza? Sólo para crear más sufrimiento y más dolor. Ahí tenemos el ejemplo palestino e israelí. Si hemos cometido algún error, asumámoslo de la mejor forma posible, y si es el otro el que lo ha cometido en nuestro nombre, expliquemos el motivo y las causas y todo cuanto ha ocurrido. Seguramente no logrará a entenderlo pues se trata de nuestro dolor, pero al menos que sea consciente de lo que ha hecho… Luego la marea ya se encargará de devolverle siete veces siete todo cuanto haya arrojado al mar…

2 respuestas a «Venganza»

  1. Quiza todo el odio que existe en el mundo sea culpa de las venganzas que han habido durante toda la historia. El ojo por ojo o el ya me las pagarás no debe invadirnos ante las injusticias que a diario hay.Creo que de este mundo no se va nadie sin pasar la aduana. Ya lo verás.

    Me gusta

Deja un comentario