El camino más corto nunca es el más corto


Hace unos meses me sorprendí a mi mismo perdiendo los papeles en una reunión política. Siempre procuro ser comedido en la palabra para no ofender a nadie. Por eso aquel día comprobé lo fácil que resulta contaminarse de un estilo, el grito y el insulto fácil, que lleva muchos años instalado en un pueblo. Así que desde aquel día opté por el silencio, y así me mantengo. Por eso el camino corto del insulto fácil no lleva a ninguna parte. Por cierto, estoy viajando dirección Madrid. He dejado la autopista y he buscado por carreteras secundarias el camino más corto, que valga la paradoja, es el más largo. Pero aquí hay olivares y paisajes asombrosos y solitarios… Más vale que no me pierda… Esta tarde hay en Madrid un hermoso rito de surrección…

3 respuestas a «El camino más corto nunca es el más corto»

  1. Javier:

    Creo que soy amigo tuyo. No sé si tú de mí. Soy amigo tuyo porque te considero una buena persona. Y eso es lo que importa. Eso es lo que valora al «ser humano». Creo que eres honesto contigo mismo y con los demás, porque defiendes y trabajas por tus ideales.

    Con todo el respeto que me mereces voy a hacerte una pregunta: ¿De qué huyes? Siempre estás de aquí para allá. ¿Quizás deseas encontrarte?
    ¿O quizás no encuentras lo que buscas? Te lo pregunto con todo el cariño del mundo: ¿Quizás es que buscas la Verdad y no la encuentras?

    Tal vez yo esté equivocado y tus viajes sean sólo por motivos de trabajo o porque necesitas evadirte de este mundo que el hombre hace tan complejo.

    No me hagas mucho caso. Y, además, no tienes por qué contestarme. Yo soy también un poco loco como tú…

    Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe.

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