Gracias a Ana y Cristina


Tras cada actuación, a veces en nombre del grupo o en nombre de algún anónimo desconocido, solíamos entregar en las ONGs donde actuábamos aquellos donativos que habíamos podido conseguir desde España. Algunos amigos pensaron que si bien no podían estar físicamente con nosotros, si podrían compartir el esfuerzo de su trabajo y su tiempo con aquellos que aguardaban nuestra presencia. Pensamos en todo momento que era un acto agradable además de llevar sonrisas, llevar algo de ayuda, aunque fuera simbólica, tal y como ya hicimos en Etiopía, donde cargamos cada uno nuestros cuarenta kilos de equipaje llenos de medicinas y cosas que podrían ser de ayuda. A pesar de esto, hubo muchos amigos que insistieron en venir. De todos tuvimos la gran suerte de contar con la extrema generosidad de dos personas que entregaron cuerpo y alma en este proyecto. Ambas dejaron familia, trabajos y responsabilidades en sus tierras para acompañar a dos desconocidos payasos cuyas únicas referencias hacían mención a cierta locura. Esa valentía prodigiosa y esa entrega incondicional en todo momento siempre fue valorada sorpresivamente por los payasos. Especialmente el buen hacer y el trabajo intenso que desarrollaron en cada momento. Es cierto, y en honor a la verdad, que cuando se viaja en grupo la intensidad del momento y la duración larga del mismo puede provocar desencuentros y conflictos grupales. Es cierto que existieron y que algunos no pudimos gestionarlos con sabiduría. Pero lo sorprendente de todo era esa capacidad de reacción, de ser conscientes que lo importante eran los niños y la alegría que pudiéramos transmitir por encima de nuestros egoicos problemas. A pesar de todo, de lo bueno y de lo malo, solo tenemos palabras de agradecimiento y amor incondicional por esas dos grandes personas con las que tuvimos el privilegio de compartir este importante viaje. Gracias Cristina. Gracias Ana. La memoria seguirá recordando aquellos buenos momentos en el Sadgurú, con el banana lassy como protagonista y las mushrroms pizzas como acompañantes. No se podía pedir más al cielo, y por eso el cielo fue justo. Así que gracias a las dos por mimarnos con vuestras galletas de chocolate, con vuestros detalles y sonrisas diarias, por pintarnos la cara de payasetes en todas las actuaciones, por estar atentas al dinero y a la agenda, por ese ingente trabajo antes del viaje, con la página web, por los contactos, por los desplazamientos, hoteles, … Fue tanto todo lo que hicisteis que jamás encontraremos tiempo ni palabras suficientes para estar agradecidos… ¿Qué hubiéramos hecho sin vosotras? Gracias, gracias sentidas y de corazón… (Kili Kili & Kolo Kolo)

13 respuestas a «Gracias a Ana y Cristina»

  1. Mis felicitaciones por acometer esas tareas admirables, y sobre todo envidiables de la forma más sana, y en el mejor de los sentidos. Sois únicos!!

    Seguro que no lo olvidareis nunca, pero seguro que a todos los que visitasteis no os olvidaran nunca.

    Gracias!!!!!!!!!!

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    1. Mira quién fué a hablar! Felicitaciones a tí. En lo que a mí me toca, de verdad que no es para tanto. Me resulta un poco bochornoso tanto agradecimiento. Todos haríais lo mismo. Unas veces nos toca a unos, otras a otros. Tenemos que turnarnos para arrimar el hombro que hace falta mucho y queda aún más por hacer. El momento llega, al que quiere le llega siempre.

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