La grandeza del fracaso


Estamos acostumbrados a no arriesgar. Incluso a los que lo hacen y fracasan se les critica, ignorando que en el fracaso hay una enseñanza sublime, un componente mágico que nos ha de conducir inevitablemente al éxito. Arriesgar es apostar, y debemos aprender a perder, a sentir la derrota como algo inevitable. En Silicon Valley, cada iniciativa con cierto éxito viene precedida de más de cuatro fracasos. En nuestro país apenas arriesgamos un fracaso. Por eso no nos debe abrumar ni lo uno ni lo otro, es decir, el exceso de fracaso o el exceso de éxito, pues ambas son mentiras de una realidad indulgente. Lo importante es sentirnos vivos a cada momento, creer en la posibilidad del movimiento, en la grandeza de las pequeñas cosas. No temamos a equivocarnos: en los negocios, en el amor, en las ideas… seamos partícipes de cada momento y subamos un escalón más en la rebelde posición de seguir vivos.

Una respuesta a «»

  1. Hasta que aprendemos a caminar, gateamos, por fín logramos el equilibrio y conseguimos estar de pie, nos atrevemos a poner un pie después del otro, no caemos, nos levantamos ya estamos andando, más tarde corremos…
    pero nos seguimos cayendo y levantando… creciendo con el aprendizaje!!!

    Feliz viaje!

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