Resulta agradable levantarse entre castaños y baladas de los años en los que el renacimiento parecía envolvernos en un optimismo generoso. Los acordes de aquella guitarra que compramos en Portugal han sonado en el patio interior del pazo, envolviendo el aire frío de la mañana con la exquisita preñez de la música. Mientras la tocaba en el hervidero de la soledad, parecía como si el cuenco de las ideas se vaciara para dar paso al flujo de los acontecimientos invisibles, esos que nacen del mundo de las causas y al que se llega por conquista, por arrebato o por necesidad.
A veces viene bien este tipo de desconexiones del mundo del ruido para adentros en la conexión del mundo interior, del mundo real para aquellos que aún creemos –la fe siempre puede ser una llama- en las extensiones de la vida amplia. La otra vida, la vida estrecha, aporta un sensato cultivo de calorías y emociones suficientes para ir tirando. Pero la vida que nace de ese toque de clarín que nos arrastra de la llamada a la búsqueda y de la búsqueda al interminable viaje hacia las estrellas, hacia la mirada interior, -que paradójicamente resulta ser la mirada más infinita-, y de ahí hacia el oportuno interrogante de todo cuanto existe, requiere de espacios infinitos y tiempos reencontrados. Por eso esta pausa entre música, castaños y amigos se agradece.
Y aquí, algo más abajo, el perro Clinton ha crecido y acompaña sus juegos con la perrita Tina, la cual acaba de roer los cables de mi ordenador… perro malo… pero es tan bonita que se le perdona incluso eso… qué más da… al fin y al cabo… a veces da la sensación de que todo da igual… todos menos la vida, la muerte y el amor…

Hola amigo Javier
Qué bien que podáis desconectar del mundanal sonido, que obstruye los cuerpos astral y mental.
Como suelo decir solo a través del silencio dentro de uno mismo, es cuando nos damos cuenta, que ese sonido mundanal, solo es el llanto de la humanidad, que en su grito desesperado por amor, clama a la divinidad el amor necesario para paliar el sufrimiento y el dolor generado por la ignorancia.
“Solo cuando nos sentimos vacios, sin apegos ni a lo terrenal ni a lo celestial y divino. Solo entonces sentimos la necesidad de nuestros semejantes en nuestra Alma y con el corazón ardiente de amor, damos nuestro aliento de vida. Aliento de vida que tiene su gozosa razón de ser, en aquel que anhela ser.”
Un saludo
Milanés
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Javier tu desconectas del mundo exterior, y yo sin poderlo evitar te espero en ese mundo, el martes termino de trabajar, vacaciones… de verano, voy a disfrutar de lleno de lo que traemos entre manos y quiero que tu me ayudes a que asi sea… besitos.
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Estimado amigo Javier: La música es lo que mas se asemeja a ese Dios intangible, pero a la vez presente, que nos enseñaban desde la niñez.
La sientes, la percibes, la amas, haces de ella un medio para armonizar las sensibilidades mas interiores..y no puedes tocarla, palparla físicamente.
Descansa, guerrero de la palabra. Te queda un largo y árduo camino que recorrer:
Rafael
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Qué lugar más bonito…, son enclaves privilegiados que consiguen que la comunicación con tu esencia fluya, disfruta de esos momentos pues en la vida de la mayoría de personas son muy escasos todavía más tratandose de tí , ví en el foro de debates a la nueva compañera de Clinton , una preciosidad, y ahora está en la edad que lo rompen todo y buscan el juego constante sobre todo morder.
un abrazo.
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… me gustan las ventanas … y lo que ves a través de ellas 😉
Besotesss
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