Panem et circenses


Admito que lo pasé en grande vociferando como un animal enfurecido, gritando a pecho descubierto y saltando a cual energúmeno sediento de sangre futbolera. Fue emocionante ver como la España cañí toreaba con orgullo y maestría los aledaños y fríos andares alemanes. Salimos por la puerta grande olvidando la escasez de pan y el gratuito y romano pase al circo moderno. Yo mismo me deleitaba en una felicidad espúmea, ferviente y compartida. Fue el broche de oro a tres días de amor y satisfacción emocional. Tres días de compartir sensaciones de equilibrio y paz, de sosiego y esperanza. Tres días de gloriosa experimentación vertical, mirando siempre al cielo, rozando y compartiendo los fluidos más íntimos desde la complicidad de dos almas que se reconocen. Un secreto a voces que postergamos durante años y que por fin vio la luz. B. estaba radiante. Increíblemente bella, posada en un cuerpo perfecto y limpio, sensatamente despojado de artilugios innecesarios y exquisitamente cubierto por ese aura celestial que le envuelve. Un alma grande, de expansivo corazón y generosidad que deviene a mis brazos a cual generoso regalo del universo. Y ahora, lejos de la capital del reino, supurando recuerdos y sudores veraniegos, admito sentirme radiante y pleno, lleno de gracia por este sorprendente y bienvenido regalo. Recién llegado a la Montaña, me pregunto, por segunda vez, si no fue todo un sueño. Lo cierto es que España volverá a la lucha el domingo. Siempre nos quedará el circo, aunque no tengamos pan, y siempre nos quedará el amor a raudales para compartir y despegar hacia el infinito…

9 respuestas a «Panem et circenses»

  1. Ilusiones,esperanzas y sueños,a pesar de que puedan parecer inasibles y etéreos,son posiblemente lo más real y humano de nuestras vidas y lo que más aleja a los humanos de una vida de autómatas.

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  2. Creo que habran sido pocos los Españoles que no hayan disfrutado con el triunfo de ayer, incluidos los que no solemos ver futbol, pero ante todo, soy español, y eso me llena de orgullo a pesar de la que esta cayendo. besitos Javier, me alegra saber que has vuelto y que te va bien, E.M.A.

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  3. Me alegro por ti… en lo que toca a persona.
    Por España y los españoles, entre ellos yo.
    Lo ví en Alemania, rodeado de alemanes, con un marido alemán… y fue sensacional, como disfrute.
    No veo casi nunca el fútbol, pero estos partidos no me los pierdo.
    Mi sangre corría a cien por mis venas, fue increíble.
    Muy bien para el equipo, felicidades.

    En estos momentos que vive España, es una buena terapia desconectar y seguir los acontecimientos de ésta índole.

    Y compartir es algo especial, felicidades Javier, y no pienses que fue un sueño.
    Un abrazo,
    Teresa

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    1. Hasta hace poquito, yo vivía a caballo entre España y Alemania, en Weitsche, Lüchow, Baja Sajonia, y comprendo tu sentimiento y lo que expresas… Admito que ayer tuve por un momento el corazón partio… pero me alegró la victoria española, sin duda… y eso que nunca veo er furbo…

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  4. Cuando uno ha viajado y convivido durante un tiempo suficiente como para intentar comprender la idiosincrasia de las personas a las que visita- deseando compartir su existencia-; siempre hay ciertos detalles que nos hacen vibrar en la distancia de nuestro lugar de nacimiento.

    Aquí ya casi nadie sacaba banderas de España al exterior, ni tarareaba el himno nacional sin letra-único País democrático al que no conozco la ausencia de la misma-, ni un sencillo pasodoble, o unas lochas de jamón serrano, ni…etc…

    Me alegro una inmensidad, que indirectamente y por unos días, los habitantes de este País cabreado, dividido y en la ruina…se haya unido por una causa noble, aunque sea parte de un circo.

    Por otra parte, me alegro mucho amigo Javier, de que te encuentres relajado, feliz y sumando huellas positivas en esta breve y complicada vida. Te dejo un enlace musical, para que lo visiones y escuches pensando en tu maravillosa B:

    http://www.youtube.com/watch?v=0_znmFcLuuU

    Rafael

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