Palestina


Hace unos días me llamó K. para meditar sobre nuestro viaje a Palestina y ofrecer alternativas si veíamos que las cosas allí se ponen difíciles. Las muertes de los voluntarios en Afganistán y el ataque por parte de Israel a la flota con ayuda solidaria a Palestina recrea en nuestras mentes el miedo y la obvia peligrosidad de nuestra empresa. Hoy hablaba de ello con J. precisamente cuando me mostraba las imágenes aparecidas en el New York Times de los diez voluntarios cruelmente asesinados. Cuando les pones cara a toda esta injusticia el miedo se vuelve terror. Como el universo siempre conspira de forma extraña, mientras intercambiaba mails con J. sobre este asunto, B., desde Suecia, me manda un mail que hemos recibido desde una ONG de Cisjordania dándonos la bienvenida y apoyándonos en todo lo que esté en sus manos. Lo cierto es que cuando leemos noticias sobre el gran conflicto que existe en esa zona uno se siente impotente, sobre todo ante la idea romántica de viajar hasta allí para hacer sonreír a un puñado de niños. Sin embargo, creo que no se trata tanto de esa idea romántica como de observar in situ todo lo que allí ocurre. Concienciar forma parte de nuestro trabajo, no solo del horror del hambre, de la pobreza extrema, de la sinrazón de la muerte injusta, sino también de situaciones políticas y religiosas que enturbian el panorama de paz irreductible al que toda la humanidad estamos abocados. Esa idea es la que me fortalece. Contribuir a la paz con un gesto, por muy pequeño que sea. Contribuir a la paz con una sonrisa. ¿Qué hacer? ¿Qué es más noble para el corazón?

5 respuestas a «Palestina»

  1. Pues es la pregunta del millón, yo no sabría que decirte.
    Por un lado, el miedo también impera en mí y teniendo en cuenta lo que está sucediendo, me puedan los deseos de que no os pase nada estando en un país con tanto conflicto. Ya nada se puede hacer y os tengo gran afecto, con lo cual eso me tira mucho 😉
    Por otro lado pienso en los niños, en lo que el miedo llega a paralizar a las personas y la de cosas que se dejan de hacer por el miedo, en que los niños son los que pagan la peor parte siempre, tanto en el defecto, como en los excesos y que es tan bonito contribuir (aunque sea con sonrisas) como horripilante resulta destruir.
    Aunque desde luego creo que lo más noble sea seguir al corazón, cuando a pesar de ser sopesado por la razón, el corazón siga pesando.
    Menudo lio no? Bueno de todas formas, cuidaros mucho

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  2. Querido Javier, el mundo es para los valientes! que te voy a contar que no hayas vivido tú. Pueden más las ganas de Kili y Kolo que todos los impedimentos que podais encontraros. El riesgo es cierto existe, pero si miras atrás en el calendario verás que esa zona, es zona de conflicto permanente, donde la paz no prospera porque la sinrazon del hombre impide que unos gocen de su libertad.
    Animo Javier, aquí estamos un puñado de buenos amigos y amigas para ayudarte en lo que necesitéis, cuenta con nuestro apoyo incondicional.

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  3. Haced lo que os nazca de corazón, pero desterrad por favor el miedo…no es un buen compañero de viaje… A dónde el anhelo por un mundo mejor nos lleve…con el espíritu alegre, las señales os llegarán…

    Bss

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  4. Puede ser tan fácil contestar a una pregunta de ¿qué hacer? como difícil responder a ella desde el corazón o la razón.

    Pensando con el corazón no me cuesta decir que no debemos anteponer nuestro bienestar al de unos niños que están necesitados de una paz que vosotros podéis llevarles a través de unas sonrisas. Por otro lado, pienso en mi hermana pequeña que ha viajado a lugares conflictivos (entre ellos a Palestina), pero conflictivos dentro de un orden en esos momentos (si es que así se puede llamar) y dentro de una seguridad controlada.

    Si ella me preguntara ¿viajo a Palestina aun sabiendo que la seguridad no es tan «segura» como debería?
    Sé que le diría que no. Mi egoísmo me llevaría a hacerle descartar esa idea.

    También es verdad que creo, así lo siento, que no os va a suceder nada malo, que tenéis una protección física, mentalmente ya es otra cosa porque, obviamente, vendréis «tocados» en lo más profundo.

    Sabréis decidir lo más correcto y no por arriesgarse demasiado se consiguen más cosas pues todo tiene su momento. El tiempo es sólo eso: Tiempo.

    Saludos a Kolo y Kili

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