En la cueva del Corazón


Cuando practicas el haraquiri emocional el dolor que se siente en la parte del estómago es terrible. Es como si se desgarrara algo muy profundo, como si te quitaran del vientre un hijo que has ido alimentado durante meses y el cual de repente es desprendido con violencia. Quien ha experimentado, con o sin consciencia ese desgarramiento sabe de lo que hablo. El ritual ha sido duro. Cientos de kilómetros entre conventos y abadías, parajes increíbles y lugares misteriosos. El primer día amanecí en un templo budista en el hermoso Pirineo de Huesca. Participé en silencio y desapego en el puya de la mañana tras una noche bañada de un manto salpicado de millones de estrellas. Pero fue en una inmensa cueva, cerca del hermoso paraje que rodea el Monasterio de Piedra, donde el ritual tuvo mayor efecto. En las cuevas siempre es posible un segundo nacimiento, un resurgir, un retorno al centro perdido. El resto de noches y de días fue un ir y venir por toda la península intentando, en la soledad y el silencio del viaje interior, mostrar todos los procesos vividos, aceptarlos, comprenderlos. Al final, la muerte ritual de todo vínculo y el enterramiento de todo pasado. ¿Qué nos depara ahora el presente y el futuro? Como dicen los místicos entregados a la ciencia del servicio: “hágase su voluntad y no la mía”…

9 respuestas a «En la cueva del Corazón»

  1. Desde el conocimiento de la soledad, es inevitable el retorno a los orígenes.

    Es ahí, cuando desde el cierre de lo vivido, comienza a renacer la verdadera vida preñada de pasado, que se convierte en un presente real hacia un futuro sabio y envuelto de paz interior:

    Un abrazo en tu Alma

    Rafael

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  2. La cueva, el útero de la Madre Tierra, para renacer con la fuerza de toda la naturaleza: La lluvia, el sol, la tormenta, la flor, el rayo, la hormiga, el viento, el amanecer, la oruga…el norte y el sur, con toda la belleza y la serenidad , con toda la grandeza y ecuanimidad de la Madre Tierra.
    Su fortaleza es toda tu herencia.

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  3. Intenta convertirte en una naranja entera. De ese modo, podrás ofrecerte en plenitud hacia las personas que amas.Busca personas para crear espacios. Nunca, para llenar vacíos.-Rafael Aparisi-.:

    Rafael

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  4. si tuvieras la mitad de sueños e ilusiones que tengo yo, no te haria falta esa cueva para nada, el problema es que mis sueños acaban en tí, y si tu estas tan perdido… yo no puedo encontrarme. besitos.

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  5. Se hará su voluntad no te quepa ninguna duda.

    Estás en busca de la verdad, de tu verdad particular, cuando comprendas que la cueva eres tú, que el refugio es igualmente tu yo particular, entonces no tendrás necesidad de hacer cientos de kilómetros, no será necesaria la huída.

    Los haraquiris emocionales son nuestras propias capas de cebolla (tenemos muchas, algunas difíciles de quitar), limpiando con honestidad todas las capas, es posible que consigas llegar al silencio total, a tener luz propia en el camino de la vida.

    Besitos miles para ti Javier.

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