La otra primavera


A las tres y media, hora en la que escribo estas palabras, el silencio es absoluto. La digestión de los espaguetis con crema que he preparado hoy la he hecho en el rincón sur, dejándome mojar por los cálidos rayos del sol que por esa ventana entraban. Desde allí podía contemplar la visita de un nuevo inquilino que se ha instalado desde hace unos días en el jardín. Se trata de un pajarillo precioso, de plumaje amarillo en el pecho y marrón en la espalda. Tiene una larga cola y no sé diferenciar a qué raza pertenece, ya que en estas tardes otoñales lo que más abunda es la visita continua de petirrojos y demás aves insectívoras. Pero este me resulta peculiar porque lleva todo el rato intentando atravesar los grandes ventanales para entrar dentro de casa. Ya me ocurrió este verano con la entrada masiva de golondrinas. Pero ahora que la temperatura ha bajado, no me atrevo a recibir este tipo de visitas. Al menos las vistas son bellas. El cielo azul plagado de nubes que corren de un lado para otro. Algo de viento que mece los olivares. El verde que ya lo inunda todo y deja paso a esas preciosas florecillas blancas y amarillas que crecen entre las veredas de las rocas… El otoño es como una primavera inversa… es un placer sentarse un ratito y poder contemplarlo desde mi ventana… Os dejo una foto para que me acompañéis en la misma contemplación…

6 respuestas a «La otra primavera»

  1. Pues no me extraña que quiera entrar porque solo a través de la imagen, que es todo quietud, se percibe un hogar agradable, muy agradable. De esos lugares que te transmiten paz y bienestar.

    No me sorprende en absoluto que tanta gente te quiera visitar, incluso los no invitados.

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  2. Estimado amigo Javier.: Disculpa…pero no se me me olvida tu amigo- mi amigo Salvador-.

    Es casi imposible que todos podamos entender ciertas sensibilidades. Si nos sinceramos, nos crucifican. ¿Sabes que te digo?….¡que les den!.

    Disculpa…si crees que mi sinceridad puede ofender tu Blog, borra este comentario. Ando muy cansado de sentir palabras fotocopiadas de maestros de maestros de maestros..¿No somos un Universo en nosotros mismos?…entonces me pregunto/pregunto…¿para que tanto copia/pega de maestros que no supieron ni regalar una sonrisa?….mira que son serios y paniaguados.

    En fin…me van a canear por la espalda, como siempre.¡Que les den!.

    Desde mi pequeño rincón, una canción que amo…para quien sepa amar:

    http://www.youtube.com/watch?v=2YuOWcvWQpk

    Rafael

    Uno es lo que vive…y así me va.:

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    1. Tampoco a mí se me olvida la experiencia que me llevó hasta Salvador, aquel pajarito que tantas y tantas ganas tenía de vivir y que, pobre, murió entre mis manos… Su lección fue magistral… La sinceridad nunca ofende querido Rafael… El mayor de los maestros reside en reconocer en las pequeñas cosas cotidianas, en la gente de la calle, al mayor de los satoris.

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