El protagonismo de ser observados


Las rebajas pueden ser una buena excusa para aparecer desapercibido. Uno puede esconderse en plantas subterráneas y observar el comportamiento humano, las entregas de reclamos, de cortejos, de intercambios de placeres ocultos entre el que vende y el que compra. Una especie de baile de emociones y sensaciones que pueden representar el teatro y la obra de toda una vida. Y cuando uno observa, porque en el fondo ese es su oficio, observar, apuntar con detalle… reclama un nulo protagonismo para parecer invisible, extender wikileaks sociales, culturales y ancestrales a diestro y siniestro y de paso…

Es como el oficio de espía. Penetrar, observar, participar, camuflar, perseguir, disfrazar, confundir, jugar… No deja de ser divertido. Puedes hacer parecer una cosa, o incluso diez cosas a la vez, con tal de esconder tu verdadero cometido, tu verdadera misión. Lo vimos ayer en una película: The Tourist. Pero a veces lo vemos en muchas otras situaciones extrañas, en muchas vivencias inquietantes. En nuestra vida común somos observados. Hay gente que toma buena nota de nuestros actos, de nuestras conductas. Incluso hay gente que vive de eso. Unos se espían a otros porque estamos en la era de la información, y la información es poder, y el poder… La industria de la información es la que domina actualmente el mundo, por eso, el aprender de la información social puede enseñarnos herramientas para emprender proyectos importantes, empresas rentables, “rebajas” que perfilen un futuro poderoso… Los espías están de suerte… en la era de la información, van a tener mucho trabajo… las máscaras también…

5 respuestas a «El protagonismo de ser observados»

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