Leo todos los días las noticias sobre lo que ocurre en Libia y en los países árabes que están escribiendo un nuevo capítulo de la historia universal. Intento fijarme en los detalles de todo lo que ocurre, pero sobre todo, en los detalles del drama humano. Ya no tan sólo de los cientos de personas que han perdido o perderán la vida en este conflicto, sino la de los miles que se han visto obligados a desplazarse, a exiliarse lejos de su hogar. Y pienso en lo terrible que resulta dejarlo todo, a veces, incluso a los seres queridos, porque algo te obliga a abandonar lo que más amas. Hablaba el otro día de la importancia del concepto, o la concepción de hogar. Porque hogar es algo más que un refugio, que una casa, que una comida todos los días; es además, afectos, familia, historias, momentos, sentimientos arraigados a un espacio y a un tiempo que nos protegen de las cuestiones existenciales y vitales de la vida. Si te arrancan eso te arrancan todo y te sientes perdido, desorientado, sin rumbo. Ojalá los conflictos terminen rápido y que todos puedan regresar a su hogar si ese es su deseo…

Que asi sea, Javier
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En ocasiones pienso en todas aquellas personas que han tenido que salir de sus países con exilio «voluntario» u obligado y el por qué nos cuesta tan poco juzgarlos, incluso repudiarlos, si en su lugar nosotros, tal vez, hubiéramos hecho lo mismo.
En tiempos de crisis todo se torna de un color más apagado y nos aferramos a defender aquello que creemos que es nuestro sin darnos cuenta que nosotros podríamos ser ellos y viceversa.
Es bueno pararse a pensar, cuando veamos a un inmigrante de un país lejano, no sólo geográficamente sino culturalmente, lo difícil que tiene que ser vivir a miles de Km de tu país, costumbres, familia, amigos…
Y no vale aquello de » pues que no hubiesen venido».
Reflexionar de forma abierta nos hará, seguramente, mejores.
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Luna, tienes razón y no la tienes.
Me explico, es duro tener que abandonar tu tierra, tu pais para irte a otro pais a intentar vivir, pero no siempre es así. En paises árabes donde una mujer tiene menos derechos que un perro, donde no disponen de agua potable, ni seguridad social, ni libros gratuitos para sus hijos, para esta gente no creo que sea muy duro, y en estos momentos de crisis en los que esa gente no encuentra trabajo no opta por volver a su país de origen, a su tierra, con su gente, sino que optan por quedarse aquí, ya que sin trabajo alguno tienen más privilegios y calidad de vida que en su país con trabajo.
Yo en una casa que no sea la mía nunca me siento cómodo al 100%, ni yo ni nadie y eso hay que asumirlo.
Por ejemplo, si un marroquí lo tiene que estar pasando mal por vivir a miles de km de su tierra ¿como lo pasaría un occidental viviendo en marruecos?. Uff, es un tema muy complejo, y dificil de explicar en pocas lineas.
Y para que no me tacheis de racista os diré que tengo grandes amigos marroquies y ecuatorianos, a los que aprecio y admiro.
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Hola Bob.
Entiendo lo que dices.
Quizá yo no me he expicado bien. Damos por hecho que si abandonas tu país es porque vas a buscar algo mejor, o supuestamente mejor (ahí aparece el aprovechamiento, engaño…) Pero eso no quita que el adaptarte a unas costumbres totalmente distantes de las tuyas no sea un duro periplo. Yo me imagino sin un duro en el bolsillo en un país de África, posiblemente engañada, sin conocer el idioma, ni costumbres, ni amigos, ni familia, con un físico que habla por sí solo «acusándome» a ojos de otros de que no pertenezco a su comunidad y me entra una desazón casi insoportable.
Obviamente, que si al final me «adapto» y tengo para comer, vestir, en definitiva vivir dignamente, me quedaré en ese país y no volveré a donde sé que no comeré o que comeré en peores condiciones.
Un saludo Bob.
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Hombres matando hombres.
¿Cuándo acabará esto en este mundo?
Me gustaría regresar a mi planeta. (M Clan)
Saludos
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