Nos volvió a recibir la tierra


“En la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es preciso crearlas, y las soluciones vienen”.

Antoine de Saint-Exupéry

 

Acabo de llegar a la Montaña después de unos días intensos de idas y venidas. El fin de semana lo pasé viajando desde la Montaña a Madrid. El lunes y el martes estuvieron llenos de reuniones, a destacar la del martes por la tarde en casa de MC con la fundación. Grandes proyectos se tejieron esa noche. Quizás proyectos que pasarán a la historia, o como mínimo, a los anales de algunas historias.

Y el miércoles corriendo de nuevo hacia Lleida donde teníamos en el café-teatro una nueva y preciosa presentación del libro “Nos recibirá la tierra”, de Gloria Martín. La noche fue un éxito. Alejandro de nuevo interpretó como nadie a uno de los protagonistas de la historia. Gloria nos sorprendió cantando un bonito bolero inolvidable, imitando con ello a uno de sus personajes.

Me sentí como en familia recordando de nuevo la importancia de la labor editorial que llevamos. El entusiasmo por explorar los confines de cada universo, de cada autor, de cada recuerdo que arañamos al tiempo y a los espacios. El café-teatro, que estaba a rebosar, escuchaba con atención la urgencia que requiere el recuerdo y las ganas de transmitirlo a las próximas generaciones. En el fondo, ese es nuestro propósito, y esperemos que algún día alguien nos recuerde así.

Cuando terminó todo, de nuevo corriendo a Madrid donde llegué a las tres de la mañana. Y hoy ya estaba de nuevo en la carretera, de vuelta a La Montaña, donde esperan unos días de nervios preparando las dos defensas que tengo que hacer de mi tesina… A ver qué nos depara estos días…

 

5 respuestas a «Nos volvió a recibir la tierra»

  1. La foto lo dice todo… se os ve encantados, Gloria guapísima y radiante, y es que dicen «que una sonrisa cuesta menos que la electricidad… pero da mucha más luz» besitos y enhorabuena.

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  2. El placer fue mútuo. Agradecerte, primero de todo, tu esfuerzo «kilométrico» por esas idas y venidas a LLEIDA, y no solo por quehaceres literarios. En efecto fue una velada especial, nuevamente mágica, con la colaboración de todos los que estaban allí presentes, imbuídos por el espíritu de la autora que sabe transmitir aquello que desea con convicción y naturalidad. Vino mucha gente, incluso hermanos… los necesarios. Ahora, recógete bien y dale a los codos. Cuando bajes de la Montaña desparrama toda esa energía y cómete con patatas a esos que tienen que examinarte. ¡Que aproveche!

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