La nación está mal. El Estado está mal. Los políticos están mal. Los ciudadanos están mal. El perro de mi vecina está mal porque antes le compraban comida de más calidad. El mundo está mal. Cientos de conflictos armados, miles de muertos, terremotos, hambrunas, enfermedades mortales…
O quizás no esté mal. Quizás siempre fue así y nuestra mente selecciona solo los buenos tiempos. Quizás hubo otras crisis donde la nación estaba mal, y el Estado, y los políticos, y los ciudadanos, y el perro de mi vecina y el mundo…
Decía un amigo que nuestros cuerpos y nuestras mentes estaban programados para vivir entre unos treinta y cuarenta años, y que más allá de eso, todo era un extra algo penoso donde la decadencia parece inevitable. Y que cuando traspasas la barrera de los cuarenta viene esa famosa crisis donde ya nada tiene sentido excepto la espera y el ir tirando como se pueda. ¿Ocurrirá lo mismo con las naciones? ¿Y con el mundo? ¿Habremos sobrepasado ya la edad programada molecular y socialmente?
Viendo lo mal que está el perro de mi vecina, cualquier cosa es posible, pensable e imaginable.

Me niego a pensar que estamos tan mal. Es una frivolidad pensar asi.
Mal están en la india los pobres que no tienen ni para llevarse un bocado al dia, en África, en multitud de paises donde solo conocen pobreza.
Nosotros en comparacion con ellos somos ricos. Tenemos demasiadas cosas. Tal vez deberiamos empezar a vivir con menos cosas.
Quien se queje de que estamos tan mal, por favor que salga a la calle a poner remedio a la situacion. No valen los lamentos desde un sofa, o sentados viendo la tele.
Seamos consecuentes, en el primer mundo seguimos siendo afortunados, aunque haya paro, aunque los politicos nos desencanten, aunque el futuro sea complejo.
Hay esperanza. Javier habla un poco de la esperanza por favor.
¿Donde está Kili-Kili?
1 abrazo fuerte.
Jaime
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Sí señor!Eso.U.a.g.g.
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