Esos pequeños ángeles


Viajaba desde Madrid a Barcelona. No puse música. El coche estaba en silencio mientras deslizaba mi mente por el asfalto. Necesitaba pensar, necesitaba comprender. Aproveché para hacer una parada en Lleida y dejar allí doscientos libros que esperaban de nuestra última novedad en Nous. Al poco de salir de allí, vi en la carretera dos siluetas que pedían autostop hacia Barcelona. Como iba en mi dirección, paré como siempre hago. Subieron dos simpáticas y hermosas adolescentes con las que enseguida empezamos a hablar de la vida y sus cosas. Me contaban, cosas de la vida, que son de Vilnus, de Lituania. Llevaban diez días viajando sin dinero, haciendo autostop por toda Europa con destino a Barcelona, donde desean estudiar arte dramático. Jóvenes, alegres, excesivamente despreocupadas, vivían en una especie de fluir que me explicaron con una sabiduría que me dejó de piedra. “Meditamos dos veces al día. Practicamos el raja yoga. No queremos pensar en exceso, solo fluir. Cuando tenemos algún problema, meditamos y todo se resuelve, porque escuchamos la Voz Interior que siempre nos guía”. Su felicidad desproporcionada e inspiradora me llenó de calma. Sus palabras sabias me han acompañado el resto del viaje. Realmente estas niñas tienen razón. No hay que preocuparse de las cosas del día a día. Sólo parar de vez en cuando, respirar profundamente y escuchar… escuchar cordialmente esa voz sabia que siempre tiene una respuesta que ofrecernos… Hablaban también mucho de los caprichos del destino, y de sus misterios… “Déjate fluir”, repetían una y otra vez mientras explicaban anécdotas de su intrépido viaje… Espero que algún día lleguen a ser grandes artistas… Su fortaleza y su seguridad interior les ayudarán en su camino… Me quedo con sus últimas frases: «hay que amarlo todo, Dios está en todas partes». Increíbles este par de angelitos que hoy me han acompañado durante un rato para llenarme de luz y esperanza…

 

2 respuestas a «Esos pequeños ángeles»

Replica a Joaquín Tamames Cancelar la respuesta