Ser vegetariano es revolucionario


Esta mañana había una graciosa rata jugando en el jardín. Salí a saludarla, se asustó y se refugió en una cañería donde pude atraparla. No tenía escapatoria. Durante todo el día estuve debatiéndome sobre qué hacer con ella. Se lo decía a Manuel, que paradójicamente tiene una granja de explotación porcina. Quizás me mirara con cara rara viendo la evidencia del asunto. Pero para mí era un ser o no ser entre la consciencia, entre el respeto a la vida sea cual sea su naturaleza.
Él me preguntó curioso porqué era vegetariano mientras disfrutábamos de un plato de papas fritas. Quise quitarle hierro al asunto evadiendo un poco la pregunta. A veces uno puede parecer ciertamente estúpido a la hora de defender ciertas convicciones.
Pero su pregunta me ayudó a reafirmarme, así que por la noche, a dos luces, abrí la cañería y dejé escapar a la rata… Fue un acto revolucionario.
Ahora la rata es libre y mi consciencia también. Ahora la rata jugará de nuevo en el jardín y yo también. Ahora la rata podrá seguir su ciclo vital y yo también. Ahora la rata, esa rata que seguramente estará royendo las cosas de mi sótano podrá también calentar sus penumbras.
En la antigüedad griega, nos recuerda Valle-Inclán, los amados de los dioses nacían bajo la estrella de un destino funesto. A veces la fatalidad es un don celeste, porque las vidas convulsas de dolor son siempre amadas. Amor y dolor, nos dice el sabio, son como el símbolo de la vida humana y nunca van deshermanados. El aliento de los dioses pone en las pasiones humanas un sentido eterno. Por eso hay que amar hasta que te duela, inclusive a una rata. Por eso el amor es un acto revolucionario. Por eso ser vegetariano, en un sentido estricto, es un acto liberador.

4 respuestas a «Ser vegetariano es revolucionario»

  1. Buenos dias Javier:
    Es curioso, nunca te has preguntado porqué los vegetarianos tienen siempre que responder a la pregunta de porqué eres vegetariano, y a los no vegetarianos nunca se les interroga porqué no son vegetarianos?

    Vivimos rodeados de etiquetas y adjetivos absurdos: soy o no soy vegetariano, soy o no soy heterosexual, soy o no soy guapo…
    ¿Realmente eso es lo que somos?
    Todavía tenemos que dar explicaciones de lo que comemos y porqué lo comemos, de con quien nos despertamos, de al Dios al que le rezamos???

    Somos libres, vivimos en libertad y tenemos la grandísima suerte y fortuna de haber nacido, vivamos pues sin tantas etiquetas.

    1 abrazo grande para los vegetarianos, para los no vegetarianos, para los heterosexuales, para los homosexuales, para los que se alimentan del prana, para los que visten ropa de marca cara, para los que no se miran al espejo antes de salir de casa, para los catolicos, para los budistas, sufies, ateos…..

    Jaime

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  2. …Si la rata en cuestión tuviese el aspecto de la foto, yo tampoco la mataría.

    Buena reflexión. La verdad es que en Brasil es difícil no ya ser vegetariano, sino evitar comer carne excesivamente. Algo que genera tensión entre mi conciencia y mi estómago.

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