Espiritualidad


 

Entiendo espiritualidad como aquello que nos diferencia realmente del mundo animal y que nos obliga cada día más a ser humanos. No hablo de un dogmático programa de buenas intenciones ni de creencias epidérmicas. Hablo de la acción diaria y comprometida por un mundo mejor.

Eso, además, requiere una visión amplia, miras e interrogantes al infinito, que fue, precisamente, de donde surgieron todas las religiones y pensamientos filosóficos.

Mis creencias son siempre provisionales, a sabiendas de que la sabiduría sólo puede construirse vaciándonos a cada momento de nuestra pesada carga semántica.

Siento un profundo respeto hacia todas las tradiciones humanas: iniciáticas, religiosas, místicas y espiritualidades de nuevo cuño. Siento, a su vez, un gran respeto por todos aquellos que no creen en nada.

Como humanista, creo en la posibilidad de un hombre nuevo. Como soñador, creo en el estado angélico como ese nivel que deberemos alcanzar en algún punto de nuestra inmanente evolución. Como antropólogo soy un amante nocturno de ritos y tradiciones ancestrales, símbolos y sabidurias perennes.

Tras muchos años interrogándome sobre la muerte, índagando en todas las filosofías y creencias, en este ocaso inminente sólo me interesa aprender cosas de la vida. Más allá de ella, se abre de nuevo el eterno interrogante. De ahí que el mejor cielo, de momento, es el que se puede construir con la virtud y el buen hacer en este presente y en este mundo.

Creo en los hombres y mujeres de buena voluntad que participan en esa obra virtuosa, y a ellos me debo. Creo en el Propósito de un mundo mejor, el propósito que los maestros conocen y sirven.
Por eso: todo para ellos, nada para nosotros.

2 respuestas a «Espiritualidad»

  1. Creo en el SER más allá de lo físico. Creo en la unidad de lo creado en el TODO. Creo en la mente de ese TODO armonizando la entropía, siguiendo ritmos que mueven el péndulo de la vida. Gracias por dar opotunidad a la utopía.

    Me gusta

Deja un comentario