Ordenar miles de libros, salir un rato a dar un paseo, trabajar en libros con el calor de la chimenea, pasear entre riberas y tumbarnos en la hierba tras saborear un salmorejo y una de bravas. Ayer tocó paseo por San Calixto, un lugar lleno de increíble fuerza no sólo histórica, sino telúrica. Se notaba cuando paseábamos entre sus montañas o cuando nos dejábamos abrazar por las interminables sombras de sus centenarios eucaliptos. La vida parece tranquila, intentando disfrutar de las cosas sencillas. Los perritos han descubierto nuestro nuevo refugio y ahí se han instalado. Son increíbles. Su fidelidad y amor incondicional no deja de sorprenderme. Fuimos a verla casa. Seguíaahí. Fue una sensación extraña. Pero no había tristeza ni apego. Solo paz interior.

Si hay paz interior, está todo bien 😉
Me gustaMe gusta
Bona nit
Me gustaMe gusta