¿Se puede vivir con mil euros?


Estamos en crisis, y no sabemos cuanto va a durar ni cuanto vamos a tener que aguantar esta situación colectiva que nos afecta como individuos. Hay muchas familias que se quejan porque tienen trabajo pero ganan menos y deben adaptar su nivel de vida a la nueva situación. Otros, simplemente no tienen trabajo, ni lo encuentran en una situación cada vez más desesperada. ¿Cuanto más podrán aguantar estas familias que no tienen nada? El apoyo mutuo y la cooperación se están haciendo extensibles a todos los niveles. La economía sumergida surge como refugio de muchos ante la situación de no poder regular una situación irregulable.

Cuando era estudiante recuerdo que vivía con trescientos euros al mes. En aquellos tiempos era un privilegiado porque tuve la oportunidad, a pesar de la crisis que vivíamos en ese tiempo, de poder estudiar fuera de Barcelona y emprender la aventura de vivir compartiendo vida en un piso de estudiantes. Cuando terminé la carrera recuerdo que mi primer sueldo no llegaba a quinientos euros. Por aquel entonces ser mileurista era ganar cien mil de las antiguas pesetas, es decir, unos seiscientos euros actuales. Cuando llegó el euro, todo cambió, eso es cierto. Desde un punto de vista sociológico, el café empezó a costar un euro, y los sueldos, algunos, empezaron a rondar los mil.

El problema siempre ha sido el mismo. No es cuanto ganamos, sino cuanto gastamos. En el sistema consumista en el que nos movemos, tan cargados de necesidades diarias, es difícil saber qué necesitamos realmente de lo que no. La regla de “más tenemos, más gastamos” se puede aplicar en todos los ámbitos.

Es evidente que en los tiempos que corren, muchas familias están haciendo milagros económicos para sobrevivir. Un kilo de arroz, un kilo de pasta y un kilo de legumbres hacen milagros en las cocinas actuales. Las carnes y los pescados se han convertido en lujo, excepto para aquellos que llevan años sin consumirlas, con el consiguiente ahorro. El tabaco, el alcohol, las drogas, las fiestas y todos esos extras que nuestra vida realmente nunca necesitó, se están convirtiendo también en lujos, excepto para aquellos que nunca las consumieron. Luego está la moda, el vestir. Otro lujo excepto para aquellos que nunca han ido a la moda ni han tenido necesidad de ir a lo último. Y luego el ocio de consumo, excepto para aquellos que consumen atardeceres, paseos en el bosque o comen pepinos en la hierba en un picnic improvisado en cualquier parque o campo. ¿Y la gasolina? Algunos ya han vendido el coche y utilizan transporte público, o hacen como hacían antiguamente, compartir coche o ir en bicicleta.

Podríamos seguir infinitamente con esta lista porque ya sabemos que nuestras necesidades siempre son infinitas. ¿Puede entonces una familia vivir con mil euros? Pues todo dependerá de la magia económica que tengan, de los hábitos de consumo y sobre todo, del gasto que realicen muchas veces en cosas superficiales que no se necesitan. El kilo de arroz, de pasta y de legumbres son milagrosos para el ahorro, además de ser una dieta sanísima. Lo demás, pues ya se sabe, cuestión de hábitos…

(Foto: Ante esta crisis, algunos nos hemos quedado sin casa, hemos vendido los muebles y todas las pertenencias. Es una situación dramática para quién lo vive desde el dramatismo y la tristeza o el apego. Para otros, simplemente es una oportunidad para empezar de nuevo, desde la alegría y la esperanza).

7 respuestas a «¿Se puede vivir con mil euros?»

  1. Yo he sido pobre de niña, y feliz. Mis juguetes eran los palos, las piedras, el agua, el viento, el campo, las patatas y las remolachas con las que hacía las ruedas a los coches que fabricaba…

    Hoy, los niños que conozco tienen montañas y montañas de juguetes, y todas las «maquinitas» del mercado. Sus padres suelen quejarse de que no llega el dinero, pero claro, su niño no puede «ser menos» que los demás. Me parece patético.

    Pilar F

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  2. Se puede vivir sin poseer nada ni a nadie…en realidad no poseemos nada, las cosas, las personas, pasan por nuestra vida al igual que nosotros pasamos por la vida…

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  3. Hace tres años que dejé nuevamente todo lo que tenía en aquel momento, la casa maravillosa en un lugar privilegiado, la otra casa y oficina en otro lugar estupendo, quería economizar, comenzar de nuevo, trazar un proyecto de vida distinto, estaba atada aun sin fin de gastos… teléfonos móviles, ordenadores, pagos de tarjetas, cuotas de negocios pendientes; de nuevo estaba fuera de mi utopía particular.

    Había que sentarse a reflexionar y trazar una vida sencilla, de esas que tantas veces había comenzado y que después no sé cómo me volvía arrastrar nuevamente a ella.

    Difícil, sobre todo cuando la edad no te acompaña. Pero sí la fuerza interior que te habla desde dentro, esa vocecita que no para de susurrarte no es este el camino que tú querias para ti.

    Dejé todo: la casa, mi trabajo, los amigos, el país… regalé todas mis pertenencias, me marche con una mochila y algo de dinero ahorrado aún país diferente al mio, con una cultura y clima igualmente distinto… el miedo a lo desconocido me hizo tardar en llegar al lugar tres semanas, fui dando tumbos por diferentes lugares hasta llegar a mi nuevo destino.

    Ahora vivo sin lujos, sin tarjetas, sin móvil… en el campo, en la sencillez de poder contemplar el cambio de estaciones.

    Hace tres años que no voy a la peluquería, ni tampoco a la estética, el pelo ha crecido mucho, todo el se ha tornado blanco, ya no necesito muchas cosas que antes parecían vitales para mi, he reducido mis gastos a la mínima expresión.

    Soy feliz, claro esta que a veces sigo teniendo mis vacios, mis claros oscuros, pero otras agradezco la paz interior que he podido conseguir.

    Trabajo desde casa, apenas salgo del entorno, no lo necesito, todo es cuestión de prioridades, para mi ahora son mi pareja, mis perras, los amigos y vivir cada segundo con gratitud a la vida.

    Se puede vivir con muchísimo menos, en la comida podemos ahorrar si prescindimos de la carne que no es vital para nuestra existencia.
    Como dice Javier, las legumbres, los carbohidratos que son los que nos aportan energías, junto con las verduras de todo tipo son las máxima fuente de generar salud y ahorro.

    La vida como esta enfocada ahora es una gran mentira, nos han contado un cuento y hemos sido tan ingenuos de creerlo, es hora de despertar, de vivir la vida de cada uno con plenitud, de cambiar lo que no nos guste de ella… es posible, solamente hay que querer y no abandonar nunca los sueños.

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  4. Completamente de acuerdo, pero hay aprendizajes que no se hacen en la tranquilidad del campo. Como yo fui una niña pobre y de campo, cuando me fui a la ciudad estaba agobiadísima, no era capaz ni de abrir las puertas, nunca sabía si se abrían para dentro o para fuera. Incluso en una ocasión me dijeron que parecía más tonta que las demás aunque no lo fuera. Creo que todavía no he superado eso.

    Buen día a todos/as

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    1. Pues anda que la espabilada o espabilado que le dice a una niña que es «más tonta que los demás» se lleva la palma en el reparto.

      Que no me entere yo, Pilar, que no has superado una opinión tan falaz como como necia 🙂

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      1. En ese momento ya no era una niña, Luna. Fue un compañero de trabajo el que me lo dijo, creo que con buena intención, pues me dio consejos para parecer «como las demás». Yo no le hice caso, suponía demasiado esfuerzo para mí.

        Muchas gracias, Luna. Un besito.

        Pilar F

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  5. ¿De verdad se solucionaría el problema no consumiendo carne?. Las verduras ya no son baratas, y si no mira precios y compara. Mira lo que vale un kilo de pollo y un kilo de tomate Raff. Mira lo que vale 1 kilo de costillas de cerdo y un kilo de judías verdes. Mira lo que vale 1 kilo de sardina, o la pescadilla o la melba…
    Javi que carne no es sinónimo de chuletón de Avila, el cerdo además del solomillo tiene más cortes de carne con distintos precios, así que por favor no caigas o no nos hagas caer en el engaño de que consumiendo solo verduras ahorraríamos, pues no es asi.
    ¿Se puede vivir con 1.000 euros? Si, siempre y cuando los gastos sean iguales o menores a 1.000 euros, así de sencillo. El mes que por cualquier motivo los gastos se disparen entonces la cosa se pondrá fea.

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