“Estoy hastiado de mi sabiduría como la abeja que ha recogido demasiada miel, tengo necesidad de manos que se extiendan”.
Nietzsche, “Así habló Zaratustra”.
De la Montserrat del Oriente bajé hasta la Montserrat del Mediodía, también conocida como la Montaña de los Ángeles. Desde allí divisé “montes” y “valles” y partí a cual compañero peregrino hacia la búsqueda del significado del “delta” y del número cinco. A cada encuentro, a cada viaje, una enseñanza se añadía al interludio. En el camino, todo son señales, símbolos y diálogos constantes conla naturaleza. Sólo hay que estar atentos, solo hay que saber observar, comprender y leer las letras que se esconden en cada acontecimiento. Desde hace pocos meses y tras un año en los valles de Magra, la ciudad de las siete estrellas de ocho rayos, volví a subir ala Montaña. Siempre se ha considerado, desde los tiempos de los más primitivos ermitaños del desierto, que los lugares altos eran especialmente propicios para conectar con las fuerzas celestiales. Y los desiertos, lugares ideales para vencer al demonio, a nuestros demonios internos. Cuando llegas a la cima, a la Montaña, debes descender, como hizo Zaratustra, para experimentar el eterno retorno de lo mismo.
En los valles hay pozos inagotables, cubos rebosantes de oro y diamantes que suben plagados de virtudes que los primitivos del desierto llamaban divinas. La bondad es posible. Solo hay que tocarla desde la magia y poder ser testigos de su veracidad. Toda riqueza íntima hay que llamarla y compartirla. Ese es el principio exacto de nuestra humanidad. Es nuestra dote como individuos, nuestro regalo más esperado.
Por eso es necesario subir a la Montaña y luego bajar al valle. Por eso hoy, en un día tan señalado, en un día de revolución solar, de entrañable encuentro con un nuevo nacimiento interior, con una nueva responsabilidad y un nuevo reto, naceré en un nuevo lugar llamado La Sacedilla, a los pies del Monte del Pilar. Y desde ahí compartiré durante todo este tiempo las mieles espirituales en las manos que se extiendan.

Extiendo mis manos ansiosas de recibir las mieles espirituales. Bienvenido seas…..
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Compartido 🙂
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Pues que el nuevo hogar sea un hogar de Luz, ese es mi deseo.
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Ponnos una foto de tu casa para que podamos depositar en ella «regalos» mentales: jarrones con hermosas flores y cosas así.
Un abrazo.
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Yo también uno mis manos a las de vosotros, a las de Naïf, Joaquin, Mapef…
(#)
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