¿Dónde estaba la otra «sociedad civil»?


Ayer no vi en las manifestaciones a ningún miembro de esos nuevos partidos patéticos que están naciendo para proteger sus propios intereses. Ni siquiera vi un simple comunicado que hablara de la delicada situación, excepto para hablar de la banca y la necesidad de que circule el crédito, único interés real de aquellos que ostentan u ostentaban el poder oligárquico de nuestra economía.

Por eso las bases de su ideario caen por su propio peso. La sociedad civil, la real, y no la imaginaria, estaba ayer en la calle, gritando indignados, pero ni siquiera por ellos, sino, y esto me alegró, pensando en las futuras generaciones. ¿Cuál será nuestra herencia?

Y allí si estaban los que realmente están hartos del Sistema, y de cómo el mismo es protegido a base de balas de goma. De repente, todo el mundo se había convertido en antisistema. La vecina del quinto piso, la madre de familia, el albañil, el bombero, el policía. Si hacía recuento, estaban todos. Todos excepto los políticos y los banqueros, claro. Porque si tomamos buena nota, los unos dependen de los otros para que la oligarquía pueda continuar en su poder. Y los que fueron expulsados, si tomamos buena nota, desean regresar a esa oligarquía, aunque para ello haya que utilizar la puerta de atrás engañando a unos y a otros como se está haciendo.

Lo bonito de ayer es que se escuchaban frases antisistema que salían de personas normales, de amas de casa que gritaban en las puertas del Parlamento y de padres de familia que agitaban a las masas con una indignación nunca vista.

El Sistema está quebrado. Lo estamos viendo y estamos siendo testigos de su desmoronamiento. Unos se aferran al mismo intentando salvar un Titanic que se hunde. Otros comprenden que no podemos volver la mirada atrás, que ya lo hemos perdido casi todo y que lo único que nos queda, si es que esto es posible, es levantar la cabeza y empezar de nuevo. Pero hacerlo desde otra perspectiva, con la lección aprendida, y sin repetir viejos patrones.

Sigo pensando, cada vez más, de que es hora de salir a la calle y seguir reclamando, cueste lo que cueste, lo que nunca debió perderse por el camino: igualdad, fraternidad y libertad.

2 respuestas a «¿Dónde estaba la otra «sociedad civil»?»

  1. Qué bonitas y significativas son esas palabras «Igualdad, Fraternidad y Libertad». El día que las asumamos totalmente como nuestras, de cada uno de nosotros, sabremos que son de igual pertenencia para cada uno de los otros.

    Actualmente no hay partido, ni cocinado ni en cocción, que apoye de verdad esas palabras. Todos hacen uso de ellas, pero en forma de interés y en forma de conveniencia. Una pena, sí, pero así es.

    Los que hay consolidados ya los conocemos y vemos (por demostración propia) lo que son capaces de hacer.
    Los que tiene intención de introducirse en el sistema, como por ejemplo SCD, no han empezado con la sinceridad ni con la claridad que cada uno de los ciudadanos de este país se merecen.

    Es tiempo que demuestren, los que sean (habidos y por haber), actitudes correctas con hechos concretos y de una claridad diáfana. Hoy por hoy, esto no existe.

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  2. Somos la clase silenciosa la que esta buscando otro tipo de democracia mas representativa, el pueblo no se siente representado por esos políticos, y realmente prefiero que no vayan.

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