Viajes de ida y vuelta


Suena música religiosa alemana. Me trae buenos recuerdos de mi vida de antropólogo perdido en la Baja Sajonia, vestido de granjero, disfrutando de la vida en estado puro. Como ahora que viajo libre en un recorrido de ida y vuelta a la Montaña de los Ángeles, donde he descargado un primer cargamento de libros en lo que ya se ha convertido en mi refugio del Mediodía. Aquí tengo mi soledad, que es mi palacio. Y en ella me encerraré hasta que la vida en estado puro quiera que me enfrente al vasto campo de la experiencia. No será este un duro invierno, pues en mi palacio arderá con fuerza la llama interior. Ahora toca despedirme de nuevo de Madrid, esa eterna enamorada que nunca termina de cuajar. Se va la bella Maga y su indomable vida. La echaré de menos, es natural. Pero me llevo conmigo toda su valentía y coraje, y toda su enseñanza de alma bella. Ahora sigue el viaje, el viaje de ida y vuelta.

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