A los que libran la dura batalla


la foto

«Sé comprensivo, porque cada persona que encuentres en tu camino está librando una dura batalla» (Platón)

Ya he perdido la cuenta de los días que llevo aquí encerrado. Salí una tarde a comprar galletas para comer algo y hoy, cuando me disponía a tirar la basura, hacía tan buen tiempo, que no he podido con la tentación de dar un primer paseo en bici. Hacía un sol radiante del que ya ni recordaba su luz, así que el disfrute por dehesas y montes ha sido doble.

Cuando he vuelto a casa, un viejo amigo de la infancia del que no sabía nada desde el colegio me ha contactado. Me contaba que con diecisiete años le habían diagnosticado una de esas enfermedades raras que padecen pocas personas en el mundo y se había quedado sentado en silla de ruedas. Me sorprendió tanto el relato que casi no podía creerlo recordando a aquel niño tan jovial y alegre, siempre corriendo de un lado para otro.

Al poco rato me escribió otro amigo el cual se está medicando con un psiquiatra porque le fue mal con una anterior relación de pareja. Su relato pesimista me pareció arrollador, increíblemente doliente y sorprendente en una persona que también recuerdo con un rostro alegre y lleno de vida.

La cita de Platón me llevó a esa realidad que muchas veces ignoramos con respecto a los seres próximos que nos rodean. A veces no lo dicen, por timidez o por no dar pena, pero dentro de sí están librando una dura batalla. Le escribía esta mañana a alguien sobre la necesidad de empatía y compasión con el otro. Porque el otro es un ser frágil, a veces lastimoso, cargado de errores y fallos de fabricación. Pero precisamente la compasión nos ayuda a comprender que no podemos exigir constantemente del otro perfección, y menos aún, demandar que supla nuestras carencias y necesidades. La compasión tiende puentes donde otros prefieren dinamitar la fragilidad de las relaciones humanas. Compasión hacia el otro y hacia nosotros mismos, porque existe una verdadera sanación cuando nos reconciliamos con nuestros fracasos y nuestros errores, y cuando con ellos, sin cargar del todo nuestras mochilas con esas piedras del camino, centramos nuestra visión en la majestuosidad del paisaje.

Así, cuando alguien se acerque a nosotros, estemos atentos. Quizás tenga alguna historia que contarnos, quizás un suspiro, un abrazo oportuno o un simple guiño puede salvarle de su abismo y dura batalla. Especialmente para aquellos que están pasando un mal momento o que lo han pasado recientemente, un muy sentido abrazo.

5 respuestas a «A los que libran la dura batalla»

  1. Y yo también me uno…
    Yo se lo que se siente cuando un gesto, una mirada o incluso unas palabras a través de la distancia calman y reconfortan…algo se activa y es maravilloso como se percibe…No tendríamos que olvidarlo nunca y estar siempre atentos…es mucho lo que podemos hacer de bien y no darnos ni cuenta.
    Abrazos para todos

    Me gusta

Replica a Luna Cancelar la respuesta