Son las tres de la madrugada. Acabo de llegar en retirada después de una jornada larga y dura. Hoy éramos legión. No eran cuatro, ni diez, ni cientos. Se contaban por miles. Había policias, bomberos, sanitarios, educadores, funcionarios de todos los tamaños y formas. Por un momento me indigné. La gente solo sale a la calle cuando les toca su propio pan. Pero ahí estaban, y eran legión. Cómo siempre, un innumerable grupo de personas nos dirigimos hasta la Bastilla-Parlamento. Esta vez con los bomberos de abanderados y protectores. Dos horas frente a frente ante los antidisturbios, con una tensión exagerada y un aliento terrible y desesperante hasta pasada la media noche en punto. La gente enfurecida quería llegar al Parlamento. Pero un ejército de policías lo impedía. De repente, detuvieron al cabecilla de los bomberos y estos, ante el chantaje policial, empezaron a retirarse poco a poco. La gente, el pueblo, quedó de nuevo indefenso y la policía no tardó ni diez minutos en cargar contra todos nosotros, ancianos y mujeres incluidos. Muchos cayeron al suelo llenos de sangre y quedamos todos indignados ante la desproporción de lo ocurrido. ¿Cómo era posible que ciudadanos pacíficos que luchaban por los derechos de otros ciudadanos armados hasta los dientes sufrieran el atropello de estos? Nadie entendía nada, y la frustración crece y crece. Y mientras estaba allí corriendo y esquivando las bolas de goma me preguntaba como se defiende un ciudadano ante el terrorismo y la amenaza del Estado. ¿Qué tiene que hacer el ciudadano de buena voluntad para no sufrir estos increíbles atropellos? ¿Cómo y quién nos defiende? ¿Cómo nos podemos organizar y defender del poder económico y político establecido y custodiado por sus perros guardianes? Hoy ha sido todo desmesurado e indignante, y el pueblo cada vez más se va enfadando y enfadando. Estamos al borde de la revolución social, si es que no ha comenzado ya…
(Foto: El hombre que se ve subido en la valla estaba intentando dar flores a los policías. De nada sirvió. En dos horas tuvimos tiempo de hablar con ellos, incluso bromear de algunas anécdotas. Pero luego recibieron órdenes y cargaron sobre nosotros. A algunos se les notaba dolidos por todo lo que estaba pasando. Otros, tras la carga, disfrutaban del trofeo con una chulería y un cinismo repugnante).
CREANDO UTOPÍAS 
Amigo Javier. Eres todo un ejemplo luchando junto a los funcionarios para defender sus derechos, pero permite que te diga que te has equivocado de bando. Hoy por hoy los funcionarios siguen siendo una clase privilegiada, a pesar de los recortes y congelación de sueldos. ¿Cuantos españoles habrían aceptado que les quitaran la paga extra de navidad y seguir conservando su puesto de trabajo?. Yo el primero. Mi hermano Pablo al que tu bien conoces tras trabajar una temporada para la empresa privada pasó a trabajar de docente para la administración, pues bien el otro día hablando le dije que si la cosa estaba tan mal podría volver a la empresa privada y me dijo que ni de coña, aunque le pagaran 5 veces más no volvería a trabajar para la empresa privada. En el otro punto de la balanza está mi hermana que tras una vida de estudiante ejemplar se sacó las oposiciones a profesora y sin pasar por la empresa privada empezó a trabajar para el estado. Ella si está indignada, muy indignada.
¿Que quiero decir con esto? Pues que si a los funcionarios se les hubiera exigido como requisito indispensable para trabajar en la función pública, el haber trabajado un mínimo de x años en la empresa privada, ayer no habría salido ni uno solo a la calle, pues serían totalmente conscientes de que a pesar de los recortes siguen siendo una clase privilegiada. ¿Que pensará un señor que trabaja en un invernadero a 55 grados de temperatura 10 horas al día para ganar un salario de 1.000 euros al mes, cuando ve a los funcionarios quejarse por que le quitan la extra de navidad, o porque les van a obligar a trabajar 24 horas a la semana?.
¿Que ocurrirá cuando seamos los parados los que intentemos tomar el parlamento? Todo esto pinta muy mal, y las consecuencias pueden ser devastadoras.
No entiendo (si no es por un interés partidista) el que se quiera derrocar este gobierno, cuando está haciendo lo que tienen que hacer. En una familia cuando no hay dinero suficiente hay que reducir gastos; si no se puede salir a comer al restaurante se comen judias en casa, si no se pueden comprar zapatillas de marca se compran en el mercadillo, si no se puede comprar cerveza de la prestigiosa marca xxxx entonces se compra en el lidl (o directamente no se compra), si no se puede contratar un pintor para pintar la vivienda entonces los miembros de la familia son los que pintan….. eso son recortes y el gobierno de españa está haciendo lo mismo. No tienen dinero para pagar las nóminas de los empleados públicos y la única manera que hay para salvar la situación a medio plazo es reducir el déficit, reduciendo gastos y aumentando los ingresos. No os digo que no salgais a la calle, pero no entiendo que no lo hicierais cuando aquí se ha estado derrochando por todos los lados, cuando se ha negado una crisis, cuando en todos los paises se estaban tomando medidas y aquí se regalaban ordenadores a los escolares, 400 euros a todos, cheque bebe, aeropuertos donde no aterrizan aviones, ave para 6 viajeros… etc. etc. etc.
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Estoy de acuerdo en que ayer sentí una cierta contradicción por defender al funcionario que estaba allí egoístamente porque le habían tocado su paga de Navidad. Pero lo preocupante de todo es que esa paga de Navidad la quieren para:
a) Mantener los privilegios de la clase política que no han recortado en nada.
b) Mantener los privilegios de la clase económica, especialmente la banca.
No entiendo que se rescaten a banqueros y no a personas, y hasta que alguien me lo explique, seguiré saliendo a la calle, porque entre otras cosas, yo también he perdido mi casa y nadie me ha rescatado.
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La verdad es que nunca agradeceremos a las generaciones pasadas y, por desgracia, también a las presentes, toda aquella movilización/involucración que están llevando a cabo para mejorar este mundo y el poder vivir mejor en él.
En cuanto al comentario de Bob he de decir que no lo comparto en absoluto y que es ese pensamiento el que da fuerza al gobierno (este u otro) para seguir haciendo barbaridades. Se valen de ese pensar que cree que comparar el mejor trabajo del vecino (funcionario) con el de uno mismo (albañil, minero, pescador…) es lo único que hay que hacer: «venga no te quejes que yo estoy en la privada y estoy mucho peor».
Y no es eso lo que debemos hacer. Lo que debemos hacer es luchar para llevar el trabajo dignamente remunerado y adecuado a la vida familiar a todos los niveles, privados y no privados… No olvidemos que no por hacer más horas (encima sin cobrarlas o cobrando un mínimo para tapar expediente) se trabaja más y mejor, todo lo contrario. Optimizar el horario laboral es organizar la labor de forma positiva para empleados y empresarios. ¿Por qué no quieren darse cuenta de algo tan sencillo?
Tengo varios familiares en sanidad y amigos en educación. Y los recortes no sólo los sufren ellos (injustamente) sino que los sufren todos aquellos usuarios que hacen servir la educación y la sanidad, es decir TO-DOS.
Podría explicar casos muy concretos, pero esto se alargaría demasiado.
No nos engañemos, en casa cuando no hay para un bistec (como bien expone Bob) comemos una lechuga, pero no vamos a casa del vecino a quitarle el cachito de pan que tiene para poder seguir comiendo nosotros con la calidad de siempre. Y eso es lo que está haciendo el gobierno.
No debemos confundir situaciones y formas de actuar. Si es verdad, como apunta Javier, que si nos moviéramos todos desde un principio y no cuando nos tocan directamente, no llegaríamos a estos niveles que no está tocando vivir.
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Un funcionario es un señor/a, que en un momento determinado a optado por trabajar para una empresa (en este caso la administración). Si su empresa por motivos económicos decide bajarle el sueldo o ampliar su jornada laboral, el funcionario tiene dos opciones: acatar el recorte o dejar la función pública para ir a trabajar a la función privada. Luna, mi padre es profesor de bachillerato (ya está jubilado) y tengo cuatro hermanos que también lo son (bien por ellos) por lo que puedo hablar desde una perpestiva privilegiada conociendo lo que se trabaja, al menos en estos sectores. En sanidad también tengo amigos y tres cuartos de lo mismo. Y ni que decir tiene de la señorita que está en la ventanilla del ayuntamiento de Mazarrón, la cual impasive ante la interminable cola que espera ser atendida se dedica a hablar con la compañera de los zapatos que se ha comprado para la comunión de su sobrino.
Yo personalmente habría hecho otros cambios con los funcionarios antes de reducir la jornada laboral o el salario, y desde mi pobre entender creo que tendrían mejores resultados. Por ejemplo, el sr. o sra. que no cumple debidamente con su trabajo a la puta calle (como en la empresa privada), el doctor que deja a los pacientes (normalmente gente que sufren una enfermedad) sentados en la sala de espera mientras se dedica a atender a un visitador médico (que no tiene cita) el cual obsequia al doctor con viajes, ordenadores… etc (eso es cohecho impropio???) a la puta calle…. y así podríamos seguir y seguir.
Otra cosa interesante que se podría hacer es eliminar duplicidades y pongo un ejemplo reciente: a mi mujer (embarazada de 8 meses) ayer en la consulta de la matrona, esta le dice que ha salido algo mal en la analítica y que tiene que pedir cita a su médico de cabecera para que le haga la receta del medicamento que ha de tomar. ¿no podría la matrona dar esa receta y así nos ahorraríamos tener que volver otro día a la consulta del médico de cabecera, librando a este de un paciente?. Cuando uno va a urgencias con una determinada dolencia, ¿porqué no le puede recetar el médico de urgencias que lo atiende el tratamiento que debe tomar y así evitar que al día siguiente vaya a consulta a colapsarla más aún de lo que esta??.
En fin, pido perdón si a alguien he molestado con mis opiniones y espero que me sepais perdonar, pero es que estoy INDIGNADO de que unos señores privilegiados que no han perdido su puesto de trabajo se quejen por perder una paga extra, cuando yo y tantos cientos de miles de españoles no hemos tenido esa opción.
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Hola Bob,
Veo que, en realidad, no son tan dispares nuestras opiniones.
Estamos de acuerdo en que quien no cumpla con su trabajo debe ser avisado y si no corrige su actitud, será despedido. Esto en la administración y en la privada, porque no me dirás que no te has encontrado con «impresentables» en la privada.
Por otro lado ¿ves justo que se le quite a tus hermanos una paga que le corresponde por derecho? No Bob, porque así no se arregla nada, al contrario.
Yo llevo toda mi vida trabajando para la privada, he hecho horas extras «obligada» y sin cobrar ni un céntimo por ello, ahora, por donde yo vivo, vuelve ese error. Con la liberalización de horarios y la utilización de la crisis como excusa todos se apuntan a abrir domingos y festivos durante todo el día y pocos son los que pagan esas horas extras.
Con esto quiero decir que hay que intentar llevar lo bueno, lo digno, a todos no quitárselo a unos porque nosotros no gocemos de esos mal llamados privilegios; no son privilegios, son derechos que acompañan a la dignidad de la
persona.
Está mal, muy mal que la señorita hable de sus zapatos mientras la cola de personas espera ser atendida, pero ese es otro tema, no debemos mezclar
porque sino perderemos la opción de mejorar.
En cuanto al problema de la comadrona, estamos con lo mismo, no es problema
del médico ni de ella, es culpa de los protocolos que vienen de arriba. Una enfermera o comadrona, no está (de momento) autorizada para labores que ha sido preparadas o que, en su defecto, puede serlo. No es que no les de la gana de hacerlo, es que lo tienen terminantemente prohibido. Igual con lo del
médico de urgencias, son los protocolos impuestos.
No es demagogia decir que los privilegios reales los tienen los de arriba, no es demagogia decir que cualquier concejal de cualquier pueblo tiene como sueldo base un sueldo bastante superior al de un médico de familia, injustamente, porque el médico ha necesitado prepararse para ejercer esa profesión, al
concejal le ha bastado con ser amigo, hijo o pelota de alguien. Son realidades y seguramente por eso la prima no para de escalar a alturas de récord cuando el gobierno dice que todo lo que hace es para salir de este debacle.
Tanta contradicción numérica no cuadra.
Un saludo Bob y nada de pedir perdón, faltaría más. Son opiniones, las de todos.
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