Refugiados, exiliados, señalados…


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Hay dos tipos de guerras y conflictos, las de sangre y las psicológicas. Ambas son horribles y ambas te obligan a la muerte, real o civil, al exilio ya sea en pateras o en pensamientos de huida o evasión.

Estos días hablo mucho con A., un ser excepcional que está buscando la fórmula para poder exiliarse de Cataluña. Para ella lo que está ocurriendo es asfixiante, como aquellas cámaras de gas que antaño suprimían la voluntad de vivir. Ahora las cámaras son más sofisticadas. Simplemente anulan tu posición vital con fórmulas sumarias nacidas del totalitarismo cognitivo. No puedes ser diferente, no puedes expresarte de forma diferente. Te anulan y marginan como ser. Te asfixian socialmente. Por eso ella, con cierto miedo y temor, se pasa el día buscando a donde ir, buceando por los mapas cual sería el lugar ideal, y sobre todo, como sobrevivir a esa suerte. ¿En qué trabajar, donde hacerlo, como hacerlo cuando lo abandonas todo y te vas sin nada?

Me explica que tiene cierto miedo. Aquí en Barcelona tiene su casa y un buen trabajo donde puede desarrollarse como persona. Dejarlo todo para tirarse a un exilio engañoso es un riesgo para el que se requiere excesos de valentía y fortaleza.

Hace justo diez años me exilié de Cataluña. Tras unos episodios desagradables en la universidad donde me llamaron facha por defender ideas opuestas a las del régimen oficial, decidí, antes de que realmente me volviera facha, marcharme. Fue un paso difícil, muy difícil. Dejar trabajo, familia, vender tu casa y trasladar todo tu ámbito de seguridad hacia la incertidumbre no es nada agradable.

Estos días lo estamos viviendo fuertemente en toda Europa. Esos barcos y trenes cargados de exiliados que huyen de la guerra son imágenes impactantes. La guerra, ya sea material, psicológica o política nunca trae nada bueno. Y todas nacen de esa manía humana de apropiarse de territorios e intentar inculcar y someter en ellos pensamientos o ideologías propias de otro tiempo. Banderas, emociones, creencias sobre la patria, la nación o la cultura, la religión. Todo mentiras con las que apoderarse del espectro civil y social que nos conjuga en este inconsciente humano.

Y luego el pensamiento único que no sólo te expulsa sino que además te señala. Con sus campañas del miedo, del terror, del apocalipsis. De ahí que la tarea humana tiene por delante es volver (si es que alguna vez estuvo) a la dimensión del ciudadano más allá de las tinieblas de las patrias y las naciones. Leyes que soporten la organización social, pero que no me digan en qué idioma debo hablar, ni me inculquen ningún tipo de amor a ninguna patria, cultura o nación. Ciudadanos libres que puedan caminar en un lugar libre de amenazas, de chantajes encubiertos, de estigmatizaciones por motivo de hablar en una u otra lengua, de pensar en unas u otras cosas. No quiero que me señalen, ni que me marginen, ni que me observen ni que me pongan ningún tipo de amuleto encima por ser diferente.

Algún día nacerá un mundo nuevo. Personas como A. no se marcharán de su tierra, del lugar que le vio nacer. Podrá crecer y expresarse libremente en todo su recorrido vital en cualquier parte del globo. Personas como ese ingente de sirios que ahora huyen del terror podrán hacerlo libremente en un futuro sin necesidad de pedir limosna a países egoístas e insolidarios. Algún día el mundo cambiará y dejaremos de ser animales asustados que huyen despavoridos para convertirnos en humanos completos y libres. Algún día dejará de existir fronteras que nos separen, y por lo tanto, morirán todas las guerras posibles.

3 respuestas a «Refugiados, exiliados, señalados…»

  1. Si, tambien vivi en Barcelona… y muchas veces me senti asi, al igual que tu era considerado diferente, solo que yo no habia nacido alla, sino acá en la España totalitaria. Obligado a aprender y estudiar otro idioma, a practicar las reglas del juego impuestas, a vivir la persecucion y las sanciones si te sales o te expresas libremente…

    Y sin embargo, tambien sé, que los pueblos estan sometidos a las mismas condiciones «psiquicas» que los individuos, en terminos de evolucion, madurez, idealismo…. Especialmente aquellos pueblos que han sufrido la violencia de los «otros» de los llegados de fuera de sus territorios. Lo he visto y sentido muchas otras veces, entonces, acumulan a traves de los tiempos, una ansia, una aspiracion… un legitimo anhelo de revancha y de libertad.
    Como la analogia del adolescente que recien estrenada su individualidad, se reafirma en su condicion de tomar sus propias decisiones, de separarse, de salir de las leyes paternas, para seguir creciendo, aprendiendo de la escuela de la vida.
    A veces, el adolescente reacciona con vehemencia, y resulta injusto y parcial en sus juicios, y sin embargo, quien puede negar esa inherente fuerza evolutiva, desplegandose desde dentro… No importa, que eventualmente abrace «becerros de oro» de ecos pasados y hasta peligrosos. Asi crecimos, asi todavia crecemos hoy.
    Acaso la libertad, no es una virtud del alma humana, del alma de los pueblos que despiertan?….

    Entre psicoanalistas, a veces se afirma con casi total garantia: «todo lo reprimido vuelve»
    Y tan solo se debe echar una ojeada a los problemas de la humanidad en su conjunto… y del individuo, para comprobar en el laboratorio interior y particular de cada uno, cuanta verdad hay en esta expresion. Y ahora me sigo preguntando…
    Cuanto resentimiento sera el acumulado por generaciones para hacerles creer que son diferentes, y que estan mejor separados? Que mente colectiva se hace permeable y manipulable?
    Y hasta cuanta violencia pudo haberse enquistado en el corazon de este pueblo trabajador?
    O tal vez solo sea la naturaleza de un pueblo joven y necesitado de experiencias fuertes, de probarse a si mismo?… Donde esta entonces, el mal que se anuncia? Acaso Escocia y otros pueblos no han decidido? Unos derriban muros, porque alcanzan un vision amplia, otros los crean porque todavia no han llegado… Debemos reprimir una vez mas a nuestro adolescente? Que hacemos con el?
    No se pueden negar las realidades internas en las que se apoyan estos movimientos, y saber que nunca se obtiene una solucion desde el autoritarismo y la represion.
    Ciertamente Cataluña no es Alemania de principios de guerra, aunque se haga presente la «herejía separatista». Nadie va a tomar un fusil en mano y salir a la calle. O si?
    Y sin embargo en Siria, como en cualquier otro lugar de africa o del mundo, Occidente con su estructura capitalista y paternalista se enriquece con cada guerra declarada. Unicamente hay que pararse en cada partida millonaria de armas. Esas que sirven para matar la confianza en la vida, en la humanidad.

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  2. No hay más que leer la historia de Siria y alrededores para comprender su herencia. Un pueblo cruelmente sometido y torturado, un inconsciente colectivo que marca con esa impronta a todas sus generaciones.
    Al igual un árbol al que se le cortan las ramas para que crezca fuerte, el Universo tiene que ejercer presión y eliminar, hacer limpieza …aunque en ocasiones el árbol está demasiado podrido y de tan tóxico que es no queda más remedio que arrancarlo de raíz..

    Un saludo.

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