Construyendo desde la acción un mundo nuevo


Llega la primavera y el trinar de los pájaros desde buena hora de la mañana nos recuerda la urgencia de actuar. La acción es imprescindible en los contenidos y continentes de la vida cósmica. Tras el descanso invernal, ahora toca llenar nuestras vidas de movimiento. Tras la inevitable y necesaria quietud del frío, toca mover el mundo hacia las prerrogativas de la luz y el calor.

Si ahora los días son más largos, nuestra actividad debería ser igualmente más larga. Si el calor es propicio para desempeñar más tareas, deberíamos aprovechar esas corrientes vitales para cumplir con nuestra parte en el ciclo cósmico. Lo celeste que contemplábamos pasivos en invierno, debe encarnar en la experiencia terrestre ahora en la primavera. Toca experimentar la siembra, toca despertarnos en el amanecer y observar con complacencia todas las oportunidades que nos da la vida para expandirnos por dentro y por fuera.

Ser místicos o espirituales no deja de ser algo tan sencillo como interactuar con las fuerzas invisibles, intangibles, del espectro universal. Es ser conocedores, mediante esa inevitable gnosis, de todo aquello que mueve y protege nuestros ecosistemas. Tener consciencia de esas corrientes de fuerza y energía y trasladarlas a un punto mayor de consciencia, de poder y voluntad, es la tarea inevitable de todo mago, de todo ser que desee desempeñar su lugar en el mundo.

Magia, en verdad, no es más que aquello que nos permite transformar las fuerzas y energías en poder. Poder para hacer el bien en nosotros mismos y en nuestro entorno. Los magos son poderosos porque hacen el bien en la tierra, protegidos por sus profundos anhelos hacia el mundo celeste.

La vida extensa procura esa visión arraigada en la creencia de que nuestra limitada consciencia necesita crecer hacia unas montañas más grandes y expansivas. Ese crecimiento inevitable, ese anhelo de toda alma viva y despierta, pasa inevitablemente por la acción. Por eso ahora que terminó el letargo, se hace tan necesario aprovechar la oportunidad de vida que se nos presenta para hacer el bien, para convertirnos en magos de la voluntad, del amor y la sabiduría, creando belleza allí donde estemos, actuemos y tengamos nuestro ser.

Si nos levantamos temprano en estos días primaverales, podremos observar cómo el mundo se mueve de forma diferente. Todo es movimiento y acción. Todo es vida y consciencia. Solo tenemos que acercarnos a él con inofensividad y desapego, con buena voluntad al bien. El mundo lo reclama, el mundo lo necesita, el mundo nos lo demanda. El mundo requiere que desde lo viejo y lo añejo se construya un mundo nuevo.

2 respuestas a «Construyendo desde la acción un mundo nuevo»

  1. La vida estacional es simplemente eso, aunque si miramos desde dentro podemos observar que las estaciones nunca se van del todo, siempre queda la esencia de cada una de ellas. El mundo interno de las ideas de las ilusiones esta en constante ebullición, al igual que la naturaleza se recoge en invierno para luego en primavera parir todo el colorido que estuvo gestando. El ser humano y la naturaleza fluyen desde la igualdad, aunque también desde la diversidad.

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